Jueza hispana Sotomayor visita pueblo puertorriqueño donde se crió su madre

  • La abogada Sonia Sotomayor, la primera magistrada hispana de la Corte Suprema de EE.UU., visitó hoy San Germán, el pueblo puertorriqueño donde se crió su madre, y participó, junto a ella, en la ceremonia por la que se bautizó el tramo de una calle con el nombre de su progenitora.

San Juan, 6 may.- La abogada Sonia Sotomayor, la primera magistrada hispana de la Corte Suprema de EE.UU., visitó hoy San Germán, el pueblo puertorriqueño donde se crió su madre, y participó, junto a ella, en la ceremonia por la que se bautizó el tramo de una calle con el nombre de su progenitora.

A la ceremonia acudió también el presidente del Senado de Puerto Rico, Eduardo Bhatia, y el secretario de Estado, David Bernier, en sustitución del gobernador, Alejandro García Padilla, que este martes viajó a Miami (Florida) para participar en un acto privado con el expresidente Bill Clinton y su esposa, Hillary Clinton.

Acompañando a su madre, Celina Báez Sotomayor, y en un ambiente distendido, la primera mujer hispana en ser juez de la máxima instancia judicial estadounidense paseó por las calles de la localidad en la que vivía su progenitora antes de mudarse al Bronx (Nueva York), donde nació Sonia Sotomayor.

La celebración de este martes fue dirigida por Isidro Negrón Irizarry, el alcalde de San Germán, una pequeña localidad al suroeste de Puerto Rico cuyo órgano legislativo aprobó recientemente que se bautizara con el nombre de Celina Báez Sotomayor una de las calles del casco urbano de la llamada también llamada "ciudad fundadora de pueblos".

Se trata en concreto del tramo de la Calle Central del sector (barrio) El Bosque de San Germán, desde la intersección con la Calle Lorenzita Ramírez de Arellano hasta la Calle Colón.

La madre de la jueza nació en la cercana localidad de Lajas en 1927 para ser la menor de seis hermanos.

Tras la muerte de su madre, se mudó en 1936 a la casa de su hermana Aurora, que vivía en el número 11 de la calle Central de San Germán.

Siendo todavía una niña trabajó, desde su casa, para los talleres de costura de San Germán y estudió en las escuelas públicas primarias y secundarias de esa ciudad.

A los 17 años se incorporó al Cuerpo Femenino del Ejército de EE.UU. y luego se mudó a Nueva York.

Allí conoció y se casó con Juan Luis Sotomayor, con quien tuvo dos hijos: Luis y Sonia Sotomayor.

"Es un orgullo para todos los sangermeños que la señora madre de la primer jueza latina y puertorriqueña en el Tribunal Supremo de EE.UU. se haya criado y estudiado en las escuelas públicas de San Germán y más aun en la misma calle donde se criaron mi madre y mis tíos", dijo emocionado el alcalde durante la ceremonia.

Según Negrón Irizarry, madre e hija "han estado siempre ligadas a esta región oeste" de Puerto Rico. Incluso, según recordó, la toga que utiliza en el estrado la jueza Sotomayor en su sala del Tribunal Supremo de EE.UU. fue cosida a la medida en la Sastrería Trajes Gobernador.

Esa sastrería, que desde 1929 está establecida en la vecina ciudad de Cabo Rojo, también ha preparado las togas para decenas de jueces en Puerto Rico, incluyendo todos los del Tribunal Supremo en la isla.

Con el acto de este martes, la jueza de la Corte Suprema de EE.UU. concluyó una breve visita a Puerto Rico, donde el lunes fue investida doctora "honoris causa" por la Universidad pública de la isla, en una solemne aunque distendida ceremonia en la que destacó la importancia de la independencia judicial.

Durante su discurso, que en su mayoría fue en inglés -aunque en ocasiones recurrió al español-, también explicó que para ella es importante que la ciudadanía confíe en sus magistrados, teniendo siempre en cuenta que "los jueces somos humanos y podemos cometer errores".

"Últimamente ha habido en el Tribunal Supremo de EE.UU. sentencias ajustadas, pero siempre cada uno ha tratado de dar la mejor respuesta", indicó la primera mujer de origen latino en ser nombrada jueza asociada de la Corte Suprema estadounidense.

La magistrada tuvo palabras para ensalzar la mejora material que ha encontrado en la tierra de sus padres con el paso de las décadas, aunque dejó claro que el desarrollo no siempre ha alcanzado a todos los grupos sociales por igual.

Con ese acto, al que no faltaron la madre y el hermano de la jueza, la Universidad de Puerto Rico (UPR) quiso reconocer su contribución al derecho y su afán de superación.

El presidente de la UPR, Uroyoán Walker Ramos, dijo en su discurso que Sotomayor constituye una prueba fehaciente de lo que se puede lograr cuando se pone empeño, capacidad y esfuerzo para alcanzar metas y sueños.

"Es un ejemplo de que la educación puede cambiar vidas y abrir puertas", sostuvo Walker Ramos, que no dejó de destacar el profundo orgullo que los puertorriqueños sienten hacia la jueza, a la que consideran una más a pesar de haber nacido en Nueva York.

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