La crecida del Elba supera pronósticos y deja decenas de miles de evacuados

  • La crecida del río Elba superó hoy los peores pronósticos a su paso por Magdeburgo y otras ciudades del este de Alemania y obligó a evacuar a decenas de miles de ciudadanos, mientras el norte del país reforzaba sus diques contrarreloj.

Berlín, 9 jun.- La crecida del río Elba superó hoy los peores pronósticos a su paso por Magdeburgo y otras ciudades del este de Alemania y obligó a evacuar a decenas de miles de ciudadanos, mientras el norte del país reforzaba sus diques contrarreloj.

La situación de emergencia de los días pasados no menguó, sino que sólo se trasladó río arriba, de manera que mientras en las regiones más al sur se procedía a limpiar y tratar de evaluar daños sus vecinos del norte se preparaban para lo peor.

Hacia las 15.00 GMT, en Magdeburgo se habían superado los 7,5 metros, por encima de los 6,72 metros que se alcanzaron en las devastadoras inundaciones de 2002.

Sólo en uno de los barrios de esta ciudad se procedió a la evacuación, en ocasiones forzosa, de 23.000 vecinos, aproximadamente la misma cantidad que el día anterior tuvieron que dejar sus casas en Bitterfeld, algo más al sur.

En tiempos de la República Democrática Alemana (RDA) hubo en esa ciudad hubo un complejo químico altamente contaminante y ahora las autoridades están pendientes, puesto que no hay seguridad absoluta de que el subsuelo ya no esté contaminado.

En las regiones afectadas el escenario se repartió entre las imágenes de voluntarios, vecinos, bomberos y soldados acumulando sacos de arena junto al Elba y las de las zonas convertidas en inmensos lagos, en la confluencia del río con sus afluentes, donde los habitantes eran evacuados, maleta en mano, en helicópteros militares o botes neumáticos.

A estas dificultades, en medio de la catástrofe colectiva, se añadió una alarma policial, derivada de las amenazas de sabotaje o atentado contra los diques del Elba que llegaron a medios locales.

Patrullas policiales reforzaron la vigilancia, no solo por esas amenazas no identificadas, sino también por las alertas de vecinos contra acciones de pillaje y robos en las casas y comercios abandonados debido a la crecida.

El presidente del país, Joachim Gauck, visitó algunas de las ciudades afectadas, como en días anteriores hizo la canciller Angela Merkel.

Gauck, políticamente independiente y en el pasado pastor protestante en esta parte este del país, llamó a sus compatriotas a redoblar su solidaridad hacia los afectados.

Alemania dio prueba de su espíritu de superación en las devastadoras inundaciones de 2002 y debe volver a darla ahora, dijo Gauck, desde Halle, de la que en días pasados fueron evacuados 30.000 habitantes.

La situación en Halle empezó a distenderse el viernes y ofrecía un panorama parecido a las ciudades de la cuenca del Danubio, en el sur, donde se trabaja en la limpieza y reparación de daños.

Para la semana próxima se ha convocado una reunión en la Cancillería de Merkel con los líderes de los "Länder", con la finalidad de evaluar daños y gestionar las ayudas.

La propia canciller ha avanzado que los cien millones de euros comprometidos a modo de ayuda urgente serán insuficientes, mientras en medios alemanes se barajan cifras que superan los 1.000 millones.

Junto a los miles de voluntarios trabajan desde hace días unos 11.000 soldados que participan en las tareas de reforzamiento de márgenes o limpieza en siete de los total de 16 "Länder" del país afectados en mayor o menor medida por la crecida.

En Baviera pasó el peligro, pero los estados federados más castigados ahora son los de Sajonia y Sajonia-Anhalt y la emergencia se extendió a Brandenburgo, Mecklenburgo-Antepomerania y Baja Sajonia y hasta la desembocadura del Elba, en Hamburgo.

Las autoridades locales advirtieron hoy de los peligros de sufrir insolaciones o quemaduras solares, ante las altas temperaturas y sol radiante que dominan esa parte del país este fin de semana.

Hacia mediodía, de las imágenes de voluntarios, soldados y vecinos trabajando bajo el sol se pasó a copiosas precipitaciones en la mitad este y sur, con el peligro de nuevas emergencias ahí donde supuestamente había pasado el peligro de desbordamiento.

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