La cumbre entra en fase final en medio del caos y la crispación

  • La Cumbre de la ONU sobre Cambio Climático entró hoy en su recta final en medio del caos y la crispación por los retrasos que han obligado a muchos delegados a regresar a casa sin un acuerdo, para no perder sus aviones.

Durban (Sudáfrica), 10 dic.- La Cumbre de la ONU sobre Cambio Climático entró hoy en su recta final en medio del caos y la crispación por los retrasos que han obligado a muchos delegados a regresar a casa sin un acuerdo, para no perder sus aviones.

La reunión, que tendría que haberse clausurado anoche, se extendió durante todo el día de hoy y amenaza con prolongarse varias horas más.

Algunos ministros han abandonado ya el centro de Convenciones de Durban y un responsable de la ONU anunció esta noche que la compañía sudafricana, South African Airways, pondría mañana a disposición de los delegados un avión más grande para trasladarlos a Johannesburgo, donde deben conectar con sus vuelos de regreso.

La presidenta de la cumbre, la ministra sudafricana Maite Nkoana-Mashabane, ha sido el blanco de todas las críticas por el retraso sufrido en la conferencia, ya que no presentó ningún texto para las negociaciones hasta el viernes por la noche.

"Se ha puesto las pilas a última hora", declaró una negociadora europea.

La conferencia, que comenzó el pasado 28 noviembre, debía haber finalizado anoche y el retraso evocó el precedente de la conferencia sobre el clima celebrada en La Haya en 2000 que no pudo alcanzar un consenso a tiempo y fue suspendida y retomada en Bonn unos meses después.

La secretaria de Estado española de Cambio Climático en funciones, Teresa Ribera, fue una de las responsables políticas que se vio obligada a dejar la cumbre.

Ribera calificó de "preocupante" el que la presidencia sudafricana dilatara hasta el viernes el acceso a los textos de la negociación, lo que dificultó las conversaciones en momentos como anoche, cuando se vislumbraba una gran "oportunidad" de alcanzar un acuerdo.

Pero las tormentosas negociaciones proseguían esta noche en una sesión plenaria en la que delegados de los 195 países debatían una propuesta de acuerdo negociada por un reducido grupo de ministros durante gran parte de la jornada.

La comisaria de la UE para Acción sobre el Clima, Connie Hedegaard, se mostró optimista de lograr un acuerdo, al igual que el embajador de Brasil y el ministro de medio ambiente alemán tras las negociaciones.

"Por fin estamos llegando al fondo del asunto", señaló Hedegaard, quien sin embargo se quejó de la "presión del tiempo que se siente casi físicamente en la sala. Es angustioso".

Nkoana-Mashabane dijo en una intervención ante el plenario que el borrador de acuerdo "cumple todos los requisitos de un paquete de compromiso para lograr un resultado importante en Durban", aunque admitió que "no es perfecto, porque lo perfecto es enemigo de lo bueno".

El borrador prevé la negociación de un marco legal o Protocolo que sería adoptado en 2015 y que incluiría a todos los países y no sólo a los industrializados, como es el caso del Protocolo de Kioto, que obliga sólo a las naciones industrializadas, exceptuando a EEUU.

Sin embargo, deja abierta la fecha de su entrada en vigor.

Ese acuerdo era la condición impuesta por la Unión Europea para sumarse a un segundo periodo del Protocolo de Kioto una vez que expire en 2012.

El borrador fue recibido con decepción por algunos países en desarrollo porque no menciona el importante tema de la responsabilidad diferenciada a la hora de recortar emisiones, dependiendo del grado de desarrollo de los países.

La representante venezolana, Claudia Salerno, protagonista de otras sonadas intervenciones en cumbres pasadas, acusó a la UE de apoyar un segundo periodo de compromiso del Protocolo de Kioto "vacío de compromisos" por el bajo nivel de ambición a la hora de combatir el cambio climático.

"No es sólo un mal texto, sino que tiene serias deficiencias", declaró Salerno quien afirmó haber sido amenazada con que su país no recibiría dinero del Fondo Verde para el Clima de la ONU si no apoyaba la propuesta.

Ese fondo, por el que los países desarrollados se han comprometido a dar 100.000 millones de dólares anuales a los países en desarrollo a partir de 2020 para combatir el cambio climático, también forma parte de la negociación llevada a cabo hoy.

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