La familia de Amy Winehouse llora su muerte fuera de Londres

El padre de la cantante, Mitch, su madrastra Jane, su hermano Alex y su novio el director Reg Traviss planean hacer un viaje que los ayude a superar la repentina muerte de Amy el pasado 23 de julio. Según dijeron, necesitan un descanso de su rutina en Camden, al norte de Londres, donde se ha creado un gran santuario fuera de la casa de la cantante."La familia quiere llorar la pérdida de Amy como es debido lejos del centro de atención", contó una fuente al diario The Sun."Es probable que estando en Camden constantemente la situación sea más dolorosa. Necesitan tiempo para ellos mismos".No obstante, la familia de la cantante quiere disfrutar su tiempo fuera y esperan convertir sus vacaciones de diez días en una "celebración" de la vida de Amy."Celebrarán la vida de Amy y compartirán sus más preciadas historias sobre ella", añadió la misma fuente.Mitch - que rindió homenaje a su hija la pasada semana durante el emotivo funeral - ha entrado en su página de Twitter para agradecer a los fans su apoyo tras la muerte de Amy."Mis queridos amigos, gracias por vuestros encantadores mensajes. Estaré en contacto con vosotros pronto. Siempre con cariño. Mitch", escribió.Mientras tanto, la policía está examinando las imágenes de las cámaras de vigilancia dispuestas alrededor de la casa de Amy para obtener una mejor imagen de sus movimientos la noche previa a su muerte."Hay bastantes cámaras en la zona para conseguir una imagen de sus movimientos", comentó una fuente al diario Daily Mirror."Es una operación cuidadosa que implica revisar decenas de horas de imágenes".La acción se ha llevado a cabo después de que los detectives interrogaran este martes a Tony Azzopardi, quien afirma que ayudó a Amy a comprar 1.200 libras (1.377 euros) de crack, cocaína y heroína la noche antes de su muerte.La familia de Amy rechaza esta afirmación, diciendo que la cantante se quedó en casa el pasado 22 de julio, y que su guardaespaldas tuvo que decirle que no armara escándalo después de estar tocando la batería a altas horas de la noche.