La incertidumbre se abre paso en Líbano tras dimisión del Gobierno de Mikati

  • Una nueva era de incertidumbre se abre en el Líbano, cuyo presidente, Michel Suleiman, aceptó hoy la dimisión del Gobierno del primer ministro Nayib Mikati por discrepancias entre sus miembros.

Kathy Seleme

Beirut, 23 mar.- Una nueva era de incertidumbre se abre en el Líbano, cuyo presidente, Michel Suleiman, aceptó hoy la dimisión del Gobierno del primer ministro Nayib Mikati por discrepancias entre sus miembros.

El mandatario pidió a Mikati que siga haciéndose cargo de los asuntos del país hasta que se designe un nuevo primer ministro, para lo que Suleimán deberá convocar consultas parlamentarias, y el político suní que obtenga más votos será quien formará el nuevo gabinete.

El Líbano se rige por un sistema confesional por el que la presidencia de la República debe ser ocupada por un cristiano maronita, la jefatura del Gobierno por un suní y la del Parlamento por un chií.

Se espera que Suleimán inicie en breve contactos en el Parlamento para elegir un nuevo primer ministro.

Tras entregar su dimisión por escrito al presidente, Mikati declaró a la prensa que con esta decisión espera que se "abra la vía a una solución política" y consideró primordial reanudar el interrumpido diálogo nacional y crear un Gobierno de Salvación.

Las diferencias dentro del Ejecutivo sobre la celebración de elecciones legislativas, previstas para el próximo 9 de junio, y la prórroga del mandato del jefe de la Policía, general Ashraf Rifi, han sido las causantes de su dimisión.

El gabinete ha sido incapaz de alcanzar un consenso para constituir una comisión electoral que supervisara los comicios, ya que el grupo chií Hizbulá quiere que se alargue el mandato del Parlamento actual, donde tiene la mayoría.

De hecho, desde hace semanas, mayoría y oposición parlamentarias no logran ponerse de acuerdo sobre una nueva ley electoral, lo que podría llevar al aplazamiento de los comicios.

Hizbulá, por otro lado, rechaza que se prorrogue al general Rifi, que debería jubilarse en breve, al frente de la jefatura de la Policía porque lo considera cercano a la oposición antisiria, la cual defiende que siga en el cargo, ya que por ley le correspondería sustituirle un general que es próximo a la organización chií.

Mikati fue designado primer ministro el 25 de enero de 2011, tras la caída del Gobierno encabezado por Saad Hariri, y obtuvo el cargo gracias al apoyo de una coalición liderada por Hizbulá.

Su gabinete estaba integrado por ministros cercanos ese grupo chií y por titulares "neutrales", próximos a las posturas del presidente y del líder druso Walid Yumblat, que trataban de lograr un equilibrio y no contrariar a la oposición antisiria, liderada por Hariri.

En opinión de la directora del Departamento de Ciencias Políticas en la Universidad San José, Fadia Kiwan, la dimisión "podría desbloquear la situación actual y conducir a la formación de un Gobierno de transición".

En declaraciones a Efe, descartó que vaya a ser perjudicial porque un nuevo gabinete podría adoptar una postura centrista y, si es de salvación nacional, como propuso Mikati, "podría funcionar".

Una postura completamente opuesta es la del intelectual y economista Georges Corm, para quien la renuncia traerá más "incertidumbre, inquietud e inestabilidad".

A su juicio, la decisión de Mikati no está vinculada al conflicto sirio, que cada vez tiene más repercusiones en el Líbano: "Si el Gobierno hubiera aceptado la prórroga del mandato del general Ashraf Rifi, (Mikati) no habría dimitido".

El profesor Corm dijo a Efe que la formación de un nuevo Ejecutivo requerirá de tiempo y no se mostró optimista sobre la celebración de las elecciones en la fecha fijada, salvo que, bromeó, el patriarca maronita, Bechara Rai, "pueda producir un milagro".

Anoche, tras la dimisión del Gobierno, se reanudaron los choques en la ciudad septentrional de Trípoli, que se ha convertido en campo de batalla entre partidarios y detractores del presidente sirio, Bachar al Asad, y donde han muerto seis personas y 28 han resultado heridas desde el jueves por la noche.

El conflicto sirio tiene cada vez más resonancia en esta pequeña república, donde Hizbulá es uno de los principales aliados del régimen de Damasco.

En el Líbano, son frecuentes las crisis de Gobierno ocasionadas por las divergencias entre los ministros partidarios de la oposición y de la mayoría.

De hecho, el jefe del Ejecutivo anterior, Saad Hariri, perdió el poder al renunciar todos los ministros que representaban a la oposición en su gabinete.

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