La matanza de California aviva el duro debate electoral sobre armas y EI

  • La matanza perpetrada esta semana en Estados Unidos, calificada como "acto terrorista", recrudeció la división política en el altamente sensible tema de las armas, mientras los republicanos acusan al gobierno demócrata de ser blando ante el yihadismo.

Para no dejar pasar esta lluvia de críticas, el presidente Barack Obama se dirigirá solemnemente a los estadounidenses la noche del domingo.

Su alocución al país ocurrirá unas pocas horas después de que en los tradicionales "talk show" de la mañana de domingo arremetieran contra él por no haber tomado las medidas que hubieran evitado el derramamiento de sangre cometido por Syed Farook y Tashfeen Malik.

Esta pareja de musulmanes presumiblemente radicalizados, con rifles de asalto, miles de municiones y artefactos explosivos, arrasaron a tiros un almuerzo de Navidad en el que se reunían compañeros de trabajo de Farook, dejando 35 víctimas, 14 muertos entre ellas. Luego fueron abatidos por la policía.

"Estamos gobernados por personas que no tienen idea de lo que está pasando. Cuando vemos al presidente Obama decir que el calentamiento global es nuestro primer problema, nos dice que no entiende absolutamente nada", lanzó el domingo Donald Trump, que lidera los sondeos de los republicanos que aspiran a la Casa Blanca.

La masacre de San Bernardino, California, dio más argumentos al multimillonario en campaña, que sostiene que fueron musulmanes estadounidenses los que cometieron los ataques del 11 de septiembre.

Trump denunció la negativa de Barack Obama a utilizar el término "Islam radical". "Mientras no admita que esto es un problema, nunca se solucionará", subrayó.

El precandidato republicano repitió su credo a favor de las armas personales, asegurando que habrían evitado la masacre.

"Miren los atentados en París. (Las víctimas no tenían) ningún arma. Nada. Y miren en California. Nada de armas. Personas malas eran los únicos armados", lamentó.

Otros precandidatos republicanos suben el tono de sus declaraciones y usan vocabulario marcial para aparecer como más firmes, arremetiendo contra la estratega de Obama en Siria.

"La izquierda no lo quiere admitir, pero se trata de una lucha por la civilización occidental. Ellos nos han declarado la guerra", dijo Jeb Bush, hermano e hijo de los expresidentes.

"La Casa Blanca crea todo tipo de obstáculos legales para los ataques aéreos. Hasta 75% de las salidas (de los aviones de combate) se realizan sin dejar caer bombas por temor a que se produzcan víctimas civiles. La administración (Obama) complicó aún más estos obstáculos", denunció Jeb Bush.

Varios candidatos republicanos también se han burlado de que lo políticamente correcto llegue a hacer que la gente tenga miedo de alertar a la policía por temor a ser acusada de discriminación contra los musulmanes.

"Tenemos que dejar de demonizar a las personas que se esfuerzan por ser buenos ciudadanos", afirmó el ultraconservador Ben Carson.

Acusada de respaldar las políticas de Obama, la candidata demócrata Hillary Clinton se vio obligado a defenderse.

Primero, dijo que Estados Unidos debía "reforzar significativamente sus ataques aéreos contra los objetivos del Estado Islámico". Y luego, sostuvo que San Bernardino fue el escenario de un "ataque terrorista".

Pero sobre la cuestión semántica del "Islam radical", consideró que la expresión no tenía que usarse. "El problema es que da la impresión de que se declara la guerra a la religión", explicó el ex secretaria de Estado.

Como su rival demócrata Bernie Sanders, Clinton reiteró su llamado a que se establezca un plan nacional de control de antecedentes penales y psiquiátricos antes que cualquier venta de armas.

Esta idea es firmemente rechazada por la todopoderosa Asociación Nacional del Rifle, la NRA.

El principal lobby estadounidense de las armas aprovechó también el tiroteo en California para justificar su lema: "Lo único que puede detener una mala persona con un arma de fuego es una buena persona con un arma".

"Cuando el Mal toca nuestra puerta, los estadounidenses disponemos de un poder único en el planeta: el derecho rotundo a defender a nuestras familias según la Segunda Enmienda", declaró en un video el presidente de la NRA, Wayne LaPierre, en alusión a este artículo constitucional que autoriza la posesión de armas individuales.

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