La OTAN trabaja con listas de talibanes que hay que capturar o eliminar

Berlín.- Los soldados de la Alianza Atlántica emplazados en Afganistán trabajan con listas secretas para localizar y capturar o eliminar a comandantes y mandos medios de la guerrilla talibán.

En ese tipo de operaciones participan unidades especiales estadounidenses, pero también soldados alemanes del Comando de Fuerzas Especiales (KSK), revela el semanario "Stern" en una información adelantada hoy.

Añade que el Comando de Operaciones del ejército germano en Potsdam, al suroeste de Berlín, aporta también nombres a las llamadas listas JPEL (Joint Priority Effects List), que posteriormente son confirmadas y autorizadas por el mando de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) en Kabul.

La revista subraya que los cabecillas talibanes en dichas listas son clasificados con las abreviaturas "c" para captura o "c/k" (capture/kill) para captura o eliminación.

Al parecer, las fuerzas alemanas solo han aportado a esas listas hasta ahora los nombres de guerrilleros talibanes que hay que capturar, aunque a esas informaciones tienen también acceso otros socios de la OTAN cuyas unidades especiales tienen la orden de matar de manera precisa.

El semanario revela igualmente que en la base alemana de Mazar e Sharif, en el norte de Afganistán, se encuentran emplazados desde agosto pasado 300 soldados estadounidenses de elite, inicialmente sin que fueran informados los ministros alemanes de Defensa y Exteriores.

Estos tuvieron conocimiento de la presencia de las unidades de elite estadounidenses tras el polémico bombardeo ordenado por tropas alemanas a las afueras de Kunduz el 4 de setiembre de 2009 y que causó mas de un centenar de muertos, muchos de ellos civiles.

"Stern" asegura que fuerzas de las KSK alemanas tuvieron una participación decisiva en esa operación, en la que al parecer se pretendía eliminar a un lugarteniente del dirigente taliban Maulawi Schamsmuddin.

El devastador bombardeo de dos camiones cisterna de combustible fue ordenado por el coronel alemán Georg Klein, que hoy comparece ante una comisión investigadora de aquel suceso en el Bundestag, el parlamento alemán.