La primavera altera un año más la meteorología española

  • Lluvias en el norte, nubes que vienen y van en el centro y sol implacable en el sureste..., el tiempo no está loco, simplemente sigue siendo tan impredecible como siempre en primavera en un país de orografía tan diversa como España.

Pedro Pablo G. May

Madrid, 21 may.- Lluvias en el norte, nubes que vienen y van en el centro y sol implacable en el sureste..., el tiempo no está loco, simplemente sigue siendo tan impredecible como siempre en primavera en un país de orografía tan diversa como España.

Este miércoles ha amanecido con alertas por lluvia o rachas de viento en 12 comunidades autónomas por culpa de una borrasca que afecta a buena parte de la península, según la información facilitada por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).

En algunos puntos de España, la alerta ha alcanzado el nivel naranja, equivalente a riesgo importante con cierto grado de peligro para actividades usuales, debido a vientos de hasta 100 kilómetros por hora en Aragón o Cataluña o, en el caso de Menorca (Baleares), a rissagas u oscilaciones del nivel del mar en puertos, calas y bahías.

La previsión meteorológica mejora a partir de mañana aunque no en todas partes ya que, por ejemplo en el País Vasco, el Departamento de Seguridad del gobierno autonómico advierte de vientos que también pueden superar los 100 kilómetros por hora en zonas de Vizcaya y Álava hasta el mediodía del mañana jueves.

Ha sido un invierno especialmente largo y duro en el norte de la península con sucesivos temporales que han causado destrozos millonarios y la llegada de esta nueva borrasca, cuando parecía que nos encaminábamos ya hacia un tiempo más agradable, ha decepcionado a muchos ciudadanos.

Sin embargo, la definición de "buen tiempo" varía enormemente según quién la emplee, como podrían argumentar los agricultores de la costa mediterránea, desde la provincia de Castellón (Comunidad Valenciana) hasta la de Almería (Andalucía), que continúan sufriendo los efectos de una situación "extremadamente seca" con ausencia prácticamente total de precipitaciones y una humedad del suelo inferior al 10 %.

El mismo cielo despejado con temperaturas placenteras que invitan a echarse a la calle supone, en realidad, "mal tiempo" para las organizaciones agrarias, muchos de cuyos cultivos se han arruinado ya por la ausencia de las lluvias que deberían haber caído en los últimos meses.

Sólo en la provincia de Murcia, son ya 25.000 las hectáreas afectadas de arbolado, sobre todo de almendro que, dadas las circunstancias, habrá que terminar arrancando según estas organizaciones.

Cada año los expertos en meteorología recuerdan lo que siempre se nos olvida: que en invierno debe hacer frío y en verano, calor.

La estabilidad dentro de la media es lo que caracteriza ambas estaciones y lo que a la postre define si están siendo "buenas" o "malas", más allá de la percepción individual de cada persona.

En cambio tanto la primavera como el verano son, por definición, inestables, ya que se trata de etapas de transición en las que no resulta extraño alternar fechas soleadas y agradables con otras nubladas y menos gratas.

Esto, sin tener en cuenta la particular situación geográfica y las peculiaridades orográficas de España, que le convierten en uno de los países con mayor variedad de climas del mundo: desde atlántico hasta mediterráneo pasando por desértico, de montaña y hasta subtropical.

A estos factores sumamos las comodidades de la tecnología moderna como la calefacción central y el aire acondicionado que nos permiten forzar un ambiente a nuestro gusto y nos hacen olvidar que la Naturaleza tiene sus propios ritmos, progresivamente ignorados por los urbanitas.

Por si fuera poco, hay que añadir la variable del cambio climático, cuya existencia parece demostrar la mayoría de estudios científicos de los últimos años aunque su efecto real sobre la meteorología a corto plazo está todavía por definir con exactitud.

En definitiva, para estos casos siempre es bueno echar mano del refranero y darse cuenta de que, como decían nuestros ancestros, "la primavera o te adormece o te altera".

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