La sumisión química está detrás de hasta el 30% de las agresiones sexuales en españa


Hasta el 30% de las agresiones sexuales en España se produce por agresión química, lo que supone que a la víctima, bajo los efectos del alcohol o alguna droga, es sometida a un ataque debido a su situación de mayor vulnerabilidad.
Según informó hoy el Ministerio de Justicia, así lo han expresado varios expertos que han asistido esta semana a una conferencia promovida por el Servicio de Información del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses (INTCF).
Intervinientes en esta conferencia aseguraron que entre un 20 y un 30% de las agresiones sexuales en España se producen por medio de la sumisión química y que esta tendencia está en aumento. El perfil de la víctima es el de una mujer de entre 15 y 19 años.
Ésta es una de las conclusiones de este encuentro promovido por el INTCF e impulsado por el Servicio de Información Toxicológica. Con esta iniciativa se pretendía propiciar el intercambio de conocimientos y buenas prácticas para una mejor coordinación entre diferentes estamentos en el ámbito de la toxicología. La jornada contó con una asistencia de 90 profesionales.
TARDAN EN DENUNCIAR
En este sentido, Luis Segura, médico forense de los juzgados de Madrid, informó de que el 70% de los casos de sumisión química en España se produce en menores de 30 años y el grupo de mayor riesgo es el de mujeres entre 15 y 19 años.
El perfil tipo es el de una mujer joven que ha consumido una o dos bebidas alcohólicas, que pierde la conciencia y despierta varias horas después en un lugar desconocido, con signos o sospechas de haber mantenido relaciones sexuales no consentidas. Esta víctima se demora alrededor de unas 20 horas en acudir a la Policía o al centro hospitalario teniendo sentimientos de culpabilidad o vergüenza.
Además, según Begoña Bravo, jefe del Servicio de Química del INTCF, las sustancias que intervienen en la sumisión de manera más frecuente son el alcohol etílico, las benzodiacepinas y ciertas drogas de abuso. Sus efectos van desde la desinhibición a la sedación y a la amnesia, pudiendo provocar también alucinaciones.
DIFÍCIL DIAGNÓSTICO
Para Cesáreo Fernández Alonso, médico adjunto del Servicio de Urgencias del Hospital Clínico de Madrid, la complejidad de elaborar una estadística sobre este fenómeno radica, por un lado, en la dificultad para diagnosticar como sumisión química aquellos casos que llegan al hospital con indicadores de sospecha, la falta de colaboración de la víctima debido a los efectos del tóxico y el hecho de que apenas se denuncia el 20% de los casos.
Además, existe otro obstáculo en la investigación de estas prácticas: la tardanza en la denuncia. De hecho, la demora en acudir a un centro médico por parte de la víctima para que se practique la recogida de muestras biológicas, es inversamente proporcional a las posibilidades de detectar las sustancias implicadas en casos de sumisión química.
En 2012 el INTCF presentó un protocolo de actuación con las instrucciones a seguir en los casos de delitos cometidos contra las personas sometidas a sustancias psicoactivas que manipulan su voluntad. Además, algunos centros como el Hospital Clínico de Madrid han diseñado el suyo propio, con el objetivo de que se mejore la colaboración y coordinación entre todas las instituciones implicadas: Policía, urgencias ginecológicas y pediátricas, médicos forenses y laboratorios especializados.

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