La UA expresa su "profunda preocupación" por la inseguridad en Sudán del Sur

  • La presidenta de la Comisión de la Unión Africana (UA), Nkosazana Dlamini-Zuma, expresó su "profunda preocupación" por el "continuo deterioro" de la seguridad y la situación humanitaria en Sudán del Sur, especialmente tras los últimos ataques contra civiles perpetrados en el país.

Nairobi, 23 abr.- La presidenta de la Comisión de la Unión Africana (UA), Nkosazana Dlamini-Zuma, expresó su "profunda preocupación" por el "continuo deterioro" de la seguridad y la situación humanitaria en Sudán del Sur, especialmente tras los últimos ataques contra civiles perpetrados en el país.

Dlamini-Zuma condenó, en un comunicado difundido anoche, el ataque "deliberado y criminal" contra civiles ocurrido el pasado 15 de abril, en el que murieron al menos 200 personas y 400 resultaron heridas en la mezquita de Kali-Ballee, donde habían buscado refugio.

La mandataria también lamentó el ataque que se produjo dos días después, cuando decenas de personas murieron y resultaron heridas al asaltar una turba el campamento de la ONU en la ciudad de Bor, capital del estado de Jonglei, en el que se refugiaban civiles Nuer.

Dlamini-Zuma exigió que se investiguen estos actos "cobardes" y recordó al Gobierno sursudanés y al opositor Movimiento de Liberación Popular de Sudán (SPLM) su responsabilidad de proteger a todos los civiles, incluidos los que están bajo la protección de la ONU.

A su juicio, esta tragedia es "aún más impactante" porque sucedió en medio de los esfuerzos de la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo (IGAD) para facilitar la aplicación del acuerdo de cese de hostilidades al que llegaron las partes el pasado 23 de enero en Adis Abeba.

Por ello instó "encarecidamente" a ambas partes a tomar en serio las próximas negociaciones políticas para resolver sus diferencias y cooperar para evitar este tipo de tragedias similares en el futuro.

El conflicto, en el que han muerto miles de personas, ha puesto al borde de la guerra civil al joven país, independizado de Sudán en 2011, después de que el pasado diciembre el presidente, Salva Kir, acusara al exvicepresidente Riak Machar de perpetrar un golpe de Estado.

Machar empuñó las armas y el Ejército se dividió en dos y, dado que Kir y Machar pertenecen a tribus distintas, el conflicto tomó tintes étnicos.

Desde entonces la violencia ha costado la vida a miles de personas y ha obligado a más de un millón a abandonar sus hogares y a vagar desplazados por su país o refugiarse en los países vecinos.

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