La voz del pueblo yemení es un terrorista para Occidente

  • Zindani es un jeque yemení que fundó la Universidad Iman de Saná que ahora dirige. También es el referente ideológico para muchos de sus compatriotas a los que piensa llamar a la "yihad mundial" si los militares occidentales entran en el territorio de su país. Para la ONU y Estados Unidos está claro que es un terrorista, pero el Gobierno yemení no le considera una amenaza y le permite acampar a sus anchas en el país.
Clérigos de Yemen instan a la yihad si hay injerencia extranjera
Clérigos de Yemen instan a la yihad si hay injerencia extranjera
Heather Murdock | GlobalPost

(Saná, Yemen). Tiene una sonrisa amplia y su cara redonda se le arruga cuando ríe. Su barba, teñida de naranja gracias a la henna, sobresale por todos lados. Las políticas del jeque Abdul Majid al-Zindani son un tema polémico en Yemen, pero no su popularidad. La mayoría de los yemeníes están encantados. Lo respetan y lo escuchan, afirma Ismail al-Suhaili, decano de Ciencia Política de la Universidad Iman, fundada y ahora dirigida por Zindani. "Saben lo que Zindani hizo por ellos, sin ningún beneficio personal", explica al-Suhaili al referirse al papel del jeque en apoyar el desarrollo político del país. "Es un líder importante".

En su país, Zindani es considerado un académico, un líder político y un guía espiritual. Pero en EEUU está catalogado como terrorista. Si bien el Gobierno yemení apoya los esfuerzos occidentales para derrotar a Al Qaeda, la opinión pública del país se muestra contraria a la participación extranjera. De alguna manera, el jeque representa la incongruencia entre la visión de los yemeníes de la guerra contra Al Qaeda y la percepción de Occidente.

En Yemen, muchos dicen que Zindani es la voz del pueblo. Se opone categóricamente a la política estadounidense en Oriente Medio y no oculta su desconfianza ante el poder militar occidental en la región, una opinión muy generalizada en el país.El mes pasado, el día antes que los líderes occidentales se reunieran en Londres para analizar la mejor forma de combatir el terrorismo en Yemen, Zindani sostuvo una rueda de prensa en la que condenaba la intervención occidental en los asuntos yemeníes. Anteriormente había prometido llamar a una "yihad mundial" si los soldados occidentales ponían un pie en territorio yemení.

En política interna, las opiniones de Zindani son un poco más polémicas. Dirigió una campaña contra una ley que prohibía a los hombres adultos casarse con niñas y ha dicho que las mujeres pueden participar en el Gobierno, siempre y cuando las parlamentarias asistan a las sesiones en habitaciones separadas. Zindani también es un tanto excéntrico. Dice haber inventado una cura para el sida y el VIH y también afirma tener pruebas científicas de que las mujeres no pueden hablar y recordar al mismo tiempo, una afirmación que justificaría su exclusión como las únicas testigos en un tribunal.

Sin embargo, incluso quienes discrepan con la política de línea dura del jeque –y sus afirmaciones "científicas"- reconocen su poder e influencia en Yemen. Shawqi al-Qadhi, miembro del Parlamento yemení, dice que no está de acuerdo con muchas de las posiciones de Zindani, entre ellas el matrimonio infantil y el papel de la mujer en el Gobierno, pero afirma que la influencia de Zindani es innegable. La mayoría de los yemeníes adultos -educados- ha leído algunos de los más de 20 libros de Zindani e incluso los líderes que no comparten sus ideas se remiten a él debido a su influencia entre los académicos islámicos. "El jeque es alguien que la gente cree que debería haber sido presidente", añade.

Pero para Occidente, Zindani es más conocido como un terrorista. EEUU lo considera "Terrorista Mundial Especialmente Designado" y lo acusa de dar dinero a organizaciones terroristas. Naciones Unidas lo describe como "perteneciente o con vinculaciones con" los talibanes y ha pedido que se congelen sus activos y se le incluya en la lista de personas a las que no se les permite viajar.

En Yemen, nadie hace caso a las sanciones contra Zindani y la idea de obligarlo a responder ante Occidente se considera absurda. Cuando un periodista occidental preguntó a Rashad al-Alimi, viceprimer ministro de Defensa y Seguridad nacional, porqué Zindani no estaba en la cárcel, el funcionario respondió que el jeque no había infringido ninguna ley. "No es un delincuente, no podemos arrestarlo".

Pero a nadie se le olvida la historia compartida que tiene Zindani con destacados militantes islamistas radicales durante las últimas tres décadas. EEUU asegura que fue guía espiritual de Osama bin Laden en los años 80 y, más recientemente, que habría estado relacionado con Anwar al-Awlaki, un religioso yemení-americano que convenció a dos de los secuestradores de los atentados del 11-S y, a Nidal Hassan, el hombre acusado de matar a 13 personas en Fort Hood, Texas, en noviembre pasado. A Awlaki también se le vincula con Umar Faruk Abdulmutallab, el joven que intentó atentar en un avión la Navidad pasada.

Se cree que Awlaki estudió y enseñó en la Universidad Iman. Zindani ha negado cualquier vínculo directo con Awlaki, pero no ha desmentido su presencia en el campus. El mes pasado, los funcionarios del plantel indicaron que Awlaki no era estudiante ni profesor en la institución. El Gobierno yemení sostiene que las supuestas vinculaciones de Zindani con Awlaki, y las de Awlaki con Al Qaeda, no convierten al jeque en un criminal. La historia de Zindani está inexorablemente vinculada a la de Al Qaeda y sus ideas son muy similares, pero esto no significa que trabajen juntos, explica al-Qadhi, el parlamentario.

Mostrar comentarios