Los efectos de las bebidas energéticas

Dr. Antonio López Farré/Director Científico de Teinteresa

Arritmias, hipertensión, insomnio entre otros,  son algunos de los efectos que se ha acusado que provocan este tipo de energizantes sobre las personas que las consumen de forma continuada y excesiva. Las bebidas energizantes están generalmente compuestas de cafeína, algunos hidratos de carbono como sacarosa, fructosa y glucosa además de la glucuronalactona que es un hidrato de carbono que libera lentamente su contenido azucarado, lo que hace que el efecto de mantener los carbohidratos algo más elevados, sin alterar el nivel de azúcar en sangre, perdure más en el tiempo y por lo tanto se prolongue la capacidad energética de la bebida.

También este tipo de bebidas contienen el aminoácido taurina, además de algunas vitaminas como B1, B2 (rivoflavina que aporta además color a la bebida) y vitamina C. Estos preparados contienen también minerales como magnesio y potasio y algunos extractos de guarana, yerba mate o ginseng.

El consumo de este tipo de bebidas se ha extendido de forma muy notable y sobre todo entre personas jóvenes. Si consideramos los datos de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria, más del 65% de jóvenes comprendidos entre 10 y 18 años consumen habitualmente estas bebidas. Y aún más preocupante es el dato de que un 36% de los consumidores habituales de estas bebidas las mezclan con alguna bebida de componente alcohólico elevado.

El origen de estas bebidas fueron precisamente para superar el cansancio. En este sentido, incluso la Organización Mundial de la Salud (OMS) en algún momento recomendó denominarlas mejor como bebidas estimulantes.

El interés sobre los efectos que estas bebidas pueden promover en nuestro organismo a despertad el interés de muchos investigadores. Por ejemplo, en un estudio realizado en un hospital de Detroit se concluyó que las personas que tienen la tensión elevada o enfermedades asociadas al corazón deberían evitar el consumo de este tipo de bebidas ya que en muchas ocasiones este tipo de bebidas pueden aumentar de forma significativa al menos las cifras de tensión aunque también hay datos sobre el aumento de la frecuencia cardiaca casi hasta un 7%.

Entre todos los componentes de las bebidas energizantes, quizás uno de los que más interés ha despertado es la taurina. Taurina, nombre derivado de Bos Taurus (bilis de buey) ya que de ahí fue inicialmente aislada, y es el nombre de un aminoácido no esencial contenido en las bebidas energizantes. Se llama aminoácido no esencial porque realmente no necesitamos incorporarlo desde la dieta ya que el organismo lo produce por sí mismo. La taurina es producida por diferentes células de diferentes órganos como por ejemplo el músculo, las plaquetas y el sistema nervioso. Seguramente todos recordamos que los aminoácidos son los componentes simples que forman las proteínas. Todos los aminoácidos forman proteínas excepto la taurina. La taurina tiene como característica específica que, a pesar de ser un aminoácido, no se encuentra formando parte de ninguna proteína.

Que el consumo de taurina produzcan efectos deletéreos o beneficiosos sobre la salud es algo que no está claro del todo. Sus defensores dicen por ejemplo que la taurina reduce la resistencia a la insulina. Lo que esto significaría en términos sencillos es que los pacientes en los que la insulina no funciona correctamente y que pueden llegar a ser diabéticos podrían beneficiarse de este efecto. Pero según hasta lo que nosotros conocemos, este efecto de la taurina solo se ha podido demostrar hasta ahora en estudios realizados en animales de laboratorio y no existen en nuestro conocimiento, conclusiones específicas en la especie humana. Por otro lado, es abundante la literatura que señala a la taurina contenida en las bebidas energéticas como un complemento no tan deseable, sobre todo en personas que abusan de estas bebidas. Según los expertos, la dosis diaria de taurina debe estar entre 100-150 mg y una lata de alguna de estas bebidas puede llegar a tener 1000 milígramos de taurina producida sintéticamente. Algunas personas beben hasta ocho latas al día (8000 mg de taurina) cosa que evidentemente sobrepasa cualquier tipo de recomendación establecida.

Sin embargo, la taurina en concentraciones adecuadas y sobre todo de origen natural si parece tener efectos beneficiosos. Se puede encontrar taurina de forma natural y consumirla así aprovechando sus efectos beneficiosos, en la leche de vaca, en el pescado, en el huevo o en la algas marinas entre otros alimentos. Según las recomendaciones de varios expertos, la dosis diaria de taurina no debería sobrepasar los 500 miligramos.

Se ha considerado que el problema principal de la ingesta abundante de taurina podría estar también en relación a su consumo combinado con la cafeína que también está contenida en este tipo de bebidas. Aunque la cantidad de cafeína contenida en una lata de una de estas bebidas generalmente no supera al que tiene una taza de café, unos investigadores australianos publicaron que la combinación taurina, cafeína produce problemas cardiacos, incluidos ataques cardiacos. Lo que tampoco se conoce es el efecto que pueda tener a largo plazo el consumo abundante de taurina y su mezcla con cafeína.

Aunque es difícil establecer todos los posibles efectos que los componentes de las bebidas energizantes tienen en la salud lo que si hay un consenso prácticamente unánime es sobre que la mezcla de estas bebidas con alcohol es muy perjudicial. En este sentido, les podemos comentar que hay países, por ejemplo en el norte de Europa, en las que estas bebidas están muy cuestionadas y solo se pueden adquirir de forma controlada en farmacias. En cualquier caso permítannos que les digamos que al tener capacidad estimulante, como así las considera la propia OMS, hay personas que son más sensibles que otras a muchos de los componentes de estas bebidas. Piensen aunque sea solo en la cafeína que contienen. Las recomendaciones de la OMS es que deben ser evitado su consumo en colectivos como menores, mujeres embarazadas, o en personas con problemas en la presión arterial o con enfermedades cardiacas. Y evidentemente no mezclarlas nunca con alcohol.

Dice la historia que, en la antigüedad, los filósofos además de las preguntas filosóficas que se hacían también eran los encargados de opinar sobre la alimentación que debían tomar los atletas. En aquellos días la alimentación de un atleta se basaba en pan poco fermentado, hasta la hora de cenar. La cena si era copiosa y larga según ellos para poder ir haciendo poco a poco la digestión. Lo que si se evitaba siempre es que el deportista tomara bebidas frías.

Como ya les hemos apuntado, muchas legislaciones del mundo establecen que las bebidas energéticas deben tener límites máximos de concentración de ingredientes y que no deben ser suministradas en exceso. En los envases se les deben agregar advertencias, como que no sean consumidas junto con bebidas alcohólicas o que no sea consumida por mujeres embarazadas ni en período de lactancia, ni por niños ni personas de edad avanzada. Tampoco deben estar asociadas en las publicidades con bebidas alcohólicas ni con un supuesto bienestar de la salud en general o que brinden fuerza adicional ni que esas publicidades estén asociadas con jóvenes.

Por todo ello, desde Teinteresa queremos darles un buen consejo. No lo duden, el descanso mental y físico es el mejor energizante.

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