Los evacuados de West empiezan a retornar a sus hogares tras la explosión

  • Las autoridades tejanas permitieron hoy el regreso a sus hogares a parte de los afectados por la explosión de la planta de fertilizantes del pueblo de West, donde el suceso del miércoles dejó un balance provisional de 14 muertos, 200 heridos y medio centenar de viviendas devastadas.

Fernando Mexía

West (EEUU), 20 abr.- Las autoridades tejanas permitieron hoy el regreso a sus hogares a parte de los afectados por la explosión de la planta de fertilizantes del pueblo de West, donde el suceso del miércoles dejó un balance provisional de 14 muertos, 200 heridos y medio centenar de viviendas devastadas.

Pasadas las tres de la tarde (20.00 GMT), la policía levantó el cerco de seguridad para dejar pasar al área siniestrada únicamente a los vecinos que viven en las tres manzanas más alejadas de la fábrica, quienes quedarán sometidos a un toque de queda.

"Todos los residentes tendrán que estar fuera de la zona de impacto o dentro de sus casas a partir de las 7 de la tarde por razones de seguridad", comentó Steve Vanek, de la oficina del alcalde, en un encuentro con los medios de comunicación en el que se insistió en que la localidad estaba ya fuera de peligro.

Durante la mañana de hoy hubo un momento de tensión cuando un habitante de West informó de un nuevo desalojo debido a una presunta amenaza de explosión que resultó ser falsa alarma.

"Quiero desmentir cualquier rumor sobre peligros para la salud en este momento en la ciudad de West. Es segura, es segura, es segura", repitió vehemente Vanek, quien no obstante no pudo precisar cuando el pueblo volvería a la normalidad.

En una junta comunal organizada por la tarde en el recinto de West Knights of Columbus, el alcalde Tommy Muska se lamentó de no poder ofrecer más detalles a sus conciudadanos y emplazó a quienes tuvieran su domicilio cerca de la planta de fertilizantes a que fueran pacientes.

"Buscaros un sitio para estar, compraros ropa", indicó Muska que dejó entender que aún pasará un tiempo antes de que se retire el bloqueo policial.

Las autoridades dispusieron un plan de acceso a las casas para quienes fueron evacuados que dividieron en tres etapas, la primera de las cuales dio comienzo hoy.

En la fila de coches de quienes esperaban a pasar los controles para visitar sus viviendas la expectación era palpable.

"Tuvimos que salir de allí muy rápido, no sabemos cuál es el daño de la estructura, confío en que sea poco. No vi ninguna ventana rota", dijo a Efe Jeff Arambula quien, sentado al volante, manifestó su intención de dormir en su casa aún sabiendo que pudiera tener cortes de agua, luz y gas.

Uno de los pocos que ya hoy había logrado dar esquinazo a los controles policiales y recorrer la zona de la explosión hasta que le echaron fue Michael Pruett, supervisor de Specialty Restoration of Texas, compañía con sede en la cercana ciudad de Waco especializada en tareas de reconstrucción tras catástrofes naturales.

"Esto es como una zona de guerra. Estuve en Bosnia en 1993 y me recuerda a aquello", explicó a Efe este exmilitar quien estuvo en Nueva York tras el paso del huracán Sandy y cuya empresa también trató la devastación del Katrina.

Pruett tenía aparcado su camión muy cerca del primer control policial, dentro del pueblo, y esperaba encontrar clientes en West, igual que una docena de sus competidores, que se habían instalado a las afueras.

"Somos una compañía local y sentimos que éste es nuestro territorio. Vamos a protegerlo de las empresas nacionales que vienen a hacer unos dólares y luego se van. Nosotros vamos a estar aquí por meses, por años, para ayudar", afirmó Pruett.

"Va a ser duro para esta gente, una vez que vean cómo está todo", declaró.

La apacible localidad agraria de West, de apenas 2.800 habitantes, se convirtió en zona catastrófica el miércoles por la noche después de que las instalaciones de West Fertilizer sufrieran un incendio que derivó en una explosión de tal magnitud que fue registrada como un terremoto de 2,1 grados en la escala de Richter.

El incidente, cuyas causas se investigan, se cobró la vida hasta el momento de 14 personas, la mayoría de ellas bomberos voluntarios que habían acudido a sofocar las llamas en la fábrica.

La onda expansiva asoló un edificio de apartamentos y numerosas viviendas unifamiliares, además de causar desperfectos en varias kilómetros a la redonda.

Las causas de lo ocurrido aún son una incógnita, si bien informes recientes apuntaron que la planta de fertilizantes almacenaba niveles de amonio muy superiores a los considerados seguros.

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