Los kurdos avanzan en el norte de Siria pese a los disparos turcos

  • Las fuerzas kurdas seguían avanzando este lunes en la provincia norteña siria de Alepo, a pesar de la intensificación de los bombardeos de la artillería de Turquía, cuya estrategia "provocadora" fue denunciada por Rusia.

La creciente implicación de Ankara en el conflicto sirio inquieta a los occidentales, que son a la vez aliados de Turquía en la OTAN, y de los kurdos.

En Kiev, el primer ministro turco Ahmet Davutoglu acusó el lunes a Rusia de actuar "como una organización terrorista" en Siria y amenazó con una "respuesta" de Turquía "extremadamente firme".

Por su lado Rusia, que desde septiembre apoya al régimen de Asad y bombardea posiciones de los rebeldes, también es aliado de los kurdos. Moscú tachó el lunes de "provocadores" los ataques turcos contra posiciones kurdas y del régimen de Asad y los calificó de "apoyo no velado al terrorismo internacional".

Este lunes Estados Unidos pidió a través del Departamento de Estado a ambos países que "eviten una escalada", en un momento en que hay signos de una internacionalización del conflicto.

Quince días después de una gran ofensiva de las fuerzas del régimen de Bashar Al Asad, apoyadas por bombardeos aéreos rusos, la situación es sumamente compleja y confusa en la provincia de Alepo.

El ejército sirio rodea casi totalmente los barrios rebeldes de Alepo, antigua capital económica del país, y avanza ahora hacia el norte.

Aprovechando el debilitamiento de los rebeldes, sometidos a intensos ataques aéreos rusos, las fuerzas kurdas también avanzaban en esta provincia -pese a tres días de bombardeos de la artillería turca-, tomando varias localidades que estaban en manos de los insurgentes.

Un fotógrafo de la AFP reportó que Turquía instaló una batería con tres cañones a unos cinco kilómetros del puesto fronterizo de Oncupinar.

Pese a los ataques, las milicias kurdas lograron avanzar y ya controlan el 70% de Tall Rifaat, uno de los últimos bastiones rebeldes de la provincia.

Esta pequeña ciudad, cuyo control el ejército sirio perdió en 2012, está en manos de los insurgentes islamistas apoyados por Turquía.

En esta batalla de Alepo, los kurdos --que no están alineados ni con el régimen ni con los rebeldes-- quieren sobre todo unir las regiones que controlan, una al noreste y otra al noroeste, para facilitar su objetivo de autonomía, como la que tienen los kurdos de Irak.

En el complejo conflicto en Siria, el territorio está fragmentado entre el régimen de Bashar Al Asad, las diferentes facciones de rebeldes, los yihadistas del Estado Islámico (EI) y los propios kurdos.

Éstos se han encontrado en primera línea del combate contra los yihadistas del grupo EI y los accidentales los consideran los únicos capaces de frenarlos.

Pese a los llamados de Washington y París para que ponga fin a sus bombardeos, el primer ministro turco Ahmet Davutoglu advirtió que éstos se mantendrían para impedir que los kurdos se apoderen de Azaz, una localidad situada a unos 10 kilómetros de la frontera.

Para los turcos, los kurdos sirios pertenecen a organizaciones "terroristas" vinculadas al Partido de los trabajadores del Kurdistán (PKK), formación que lleva a cabo en Turquía una sangrienta rebelión desde 1984.

Cinco años después del inicio de la guerra en Siria, que ha dejado más de 260.000 muertos, la situación humanitaria es catastrófica en el país. Se ha agravado tras la ofensiva del régimen, con el éxodo de miles de personas que se agolpan ante la aún cerrada frontera turca al norte del país.

En el noroeste de este país en guerra, nueve personas, entre ellas un niño, murieron este lunes en bombardeos, al parecer de la aviación rusa, contra un hospital apoyado por Médicos Sin Fronteras (MSF), según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

MSF denunció que el "ataque fue deliberado". La ONG ayuda a 153 hospitales en Siria, de los cuales cinco han sido golpeados por bombardeos desde principios de este año.

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