Los niños de la calle de Nepal patean la pelota de la esperanza

  • Katmandú.- Decenas de niños de la calle o huérfanos de la guerra de Nepal se calzan las botas cada sábado por la mañana para jugar al fútbol gracias a un programa de socialización en el que participan orfanatos de la capital del país del Himalaya.

Los niños de la calle de Nepal patean la pelota de la esperanza
Los niños de la calle de Nepal patean la pelota de la esperanza

Katmandú.- Decenas de niños de la calle o huérfanos de la guerra de Nepal se calzan las botas cada sábado por la mañana para jugar al fútbol gracias a un programa de socialización en el que participan orfanatos de la capital del país del Himalaya.

Chavales de entre 14 y 17 años se entrenan durante meses para participar después en un torneo anual de fútbol-8 en la capital nepalí, donde según estimaciones de diversas ONG hay hasta un millar de niños de la calle y más de un centenar de orfanatos.

"El deporte es muy importante para la socialización de los niños. Les hace más responsables y conscientes del (trabajo en) grupo. No estás simplemente jugando para ti mismo", explicó a Efe el francés Jerome Edou, cerebro de un proyecto que comenzó hace once años.

El fútbol ayuda en efecto a los chavales, si uno hace caso de testimonios como el del joven Haribansa Ghimire, de 14 años de edad, quien huyendo de la pobreza se escapó de su casa en el distrito de Nuwakot, a unos 80 kilómetros de Katmandú.

"Ahora creo que puedo llegar a conseguir algo. Si trabajo duro podré convertirme en un buen jugador", mantuvo a Efe Ghimire.

Su sueño cuenta con precedentes: varios jugadores que actualmente integran la selección nacional nepalí sub-17 son graduados del Club Deportivo Edou Garuda, encargado de organizar los entrenamientos y el campeonato anual, que este año congregó a diez equipos.

Los niños se ejercitan semanalmente a las órdenes de entrenadores profesionales "sin diferencias de clase" y en función de su mérito y capacidad de trabajo, según Edou.

Otro de los participantes es Arjun Majhi, de 16 años, quien pertenece al orfanato "Centro y Servicios de Protección al Niño".

Antes de recalar en el centro, Majhi pasó dos años y medio pidiendo limosna en la calle tras abandonar su casa en el distrito de Udaypur -unos 150 kilómetros al sureste de Katmandú-, harto de los malos tratos que recibía de la segunda mujer de su padre.

El chaval ha estado practicando fútbol desde hace ya un tiempo y ahora asegura divertirse mucho jugándolo.

El año pasado su equipo se proclamó campeón del torneo, aunque en la edición actual el combinado no pudo revalidar el título porque -dijo Majhi- varios jugadores importantes se encontraban lesionados.

Los entrenadores conceden que los estudios no atraen a los niños mientras que el fútbol, en cambio, causa furor y les ayuda notablemente en su socialización.

"Aprenden que tienen que seguir unas reglas. (...) Cuando alguien les elogia entonces desarrollan un sentido de autoestima. A través del fútbol aprenden a socializar y las posibilidades del trabajo en equipo", sostuvo a Efe Bharat Thapa, entrenador del equipo-orfanato "La Voz de los Niños".

"Si las cosas no pasan como ellos quieren se enfadan", reconoció Thapa, quien no obstante matizó que el fútbol contribuye a cambiar el carácter luchador y proclive a la agresividad de los niños de la calle.

De entre las cualidades que los chavales aprenden durante la práctica deportiva, la disciplina es quizás la virtud en la que más se insiste.

"Tan solo con que lleguen un minuto tarde no se les permite entrenar", dice el francés Edou, quien ha estado viviendo en Nepal durante los últimos 20 años y también dirige una agencia de montañismo.

Según Edou, al principio del programa intentó trabajar con niños de la calle, pero "era imposible" por la "falta de disciplina".

A recaudar fondos para la causa le ha ayudado Catherine Leprince, una maestra retirada que reside en Francia, con quien vende artesanía nepalí u organiza conferencias en escuelas francesas.

El grupo defensor de los derechos de los niños CWIN estima que actualmente hay entre 800 y 1.000 niños de la calle en la capital nepalí.

De acuerdo con la Plataforma Central de Bienestar del Niño, un organismo gubernamental, hay unos 454 orfanatos en Nepal, de los que 166 se hallan en Katmandú con unos 8.000 menores.

"El programa estás siendo muy provechoso. Estoy orgulloso", dijo Edou.

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