Los petrodólares saudíes no acaban con los mendigos

  • La pobreza y la mendicidad han aumentado en Arabia Saudí, el país con las mayores reservas de crudo del mundo, donde cada vez más menores y mujeres mendigan por las calles, pese a la impresión de lujo y riqueza que dejan sus principales ciudades.

Suliman al Asad

Riad, 4 dic.- La pobreza y la mendicidad han aumentado en Arabia Saudí, el país con las mayores reservas de crudo del mundo, donde cada vez más menores y mujeres mendigan por las calles, pese a la impresión de lujo y riqueza que dejan sus principales ciudades.

El Ministerio de Asuntos Sociales responsabiliza de este fenómeno a los extranjeros que vienen a Arabia Saudí a pedir limosna en las calles de las grandes ciudades.

Según el portavoz de ese departamento, los ciudadanos saudíes representan solo el 10 % de la totalidad de los mendigos que son detenidos por la policía.

Sin embargo, esta declaración contradice las cifras que ese mismo ministerio facilitó en su informe anual de 2011, en el que se recogía que el número de mendicantes extranjeros detenidos era de 8.647 -la mayoría procedentes del Yemen y Egipto-, mientras que los saudíes llegaron a los 4.386.

Durante 2012, las detenciones de mendigos han aumentado un 400 %, según datos oficiales, aunque no porque haya crecido de forma exponencial el número de los sin techo en las calles saudíes, sino por el incremento de las actuaciones policiales.

Los foráneos arrestados son remitidos ante la Administración de Migración para luego ser deportados, mientras que los nativos que han sido detenidos más de una vez se envían al Instituto de Investigación General con el fin de juzgarlos.

Normalmente, reciben condenas de dos semanas de prisión según las sanciones aprobadas por el Consejo de Ministros saudí en 2007.

Los mendigos saudíes arrestados por primera vez son remitidos a entidades sociales que se aseguran de su nivel de renta y, si se confirma su necesidad de ayuda, son registrados en programas de seguridad social y reciben subvenciones mensuales.

En 2002, cuando el actual rey saudí, Abdalá bin Abdelaziz, era todavía el príncipe heredero, anunció la creación del Fondo de la Lucha contra la Pobreza después de haber visitado un barrio con población necesitada.

Un estudio elaborado por este Fondo en 2009 diferenciaba entre la pobreza "extrema", en la que se encuentran los ciudadanos con ingresos mensuales menores a los 460 dólares, y la "absoluta", en la que están aquellos que cobran menos de 1.000 dólares al mes.

El Consejo de la Shura (consultivo) abordó por vez primera en 2005 la cuestión de la indigencia, tras revisar un informe del Ministerio de Asuntos Sociales que aseguraba que un 22% de los habitantes del país, lo que equivale unos a tres millones de ciudadanos, viven en condiciones de pobreza.

Sin embargo, la pobreza sigue siendo un asunto tabú en el gran reino de la Península Arábiga, que vive mayoritariamente de espaldas a esa realidad social.

Rara es la ocasión en que los medios de comunicación saudíes tratan este problema, aunque algunos escritores y periodistas han criticado de forma clandestina el aumento de la mendicidad en el país.

Durante la peregrinación anual a La Meca, la ciudad más sagrada del Islam, los mendigos suelen reservarse lugares estratégicos en torno al santuario islámico para conseguir las limosnas de millones de peregrinos.

A pesar de que las autoridades saudíes despliegan arduos esfuerzos para evitar estas actividades, se encuentran con muchas dificultades, no sólo por el alto número de limosneros, sino también por la simpatía que despiertan entre los peregrinos.

El Gobierno saudí no está interesado en que el problema adquiera relevancia, ni que sea tratado en público, por lo que detuvo a tres jóvenes en 2011 tras producir una película sobre la mendicidad y colgarla en internet a través de Youtube.

Pese a estas restricciones, algunos escritores algo más osados expresan su sorpresa por la brecha entre los ingresos nacionales del país por el crudo y el crecimiento de la pobreza en la comunidad saudí.

"Estamos muy felices por nuestra riqueza, pero no está bien que haya un ciudadano que cobre 1.500 riales al mes (unos 400 dólares), mientras que el ingreso nacional bruto de su país es de 1,5 billones de riales (unos 400.000 millones de dólares)", explica un destacado periodista del periódico estatal "Okaz".

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