Los pontífices de la paz que recuperaron el "Espíritu de Asís".

  • La localidad de Asís, enclavada en el corazón de Italia, recibirá mañana la visita del papa Francisco en su tercer viaje dentro de las fronteras italianas y una cita ineludible para los pontífices por ser la cuna del patrón del país, San Francisco de Asís, "Il poverello".

Gonzalo Sánchez

Roma, 3 oct.- La localidad de Asís, enclavada en el corazón de Italia, recibirá mañana la visita del papa Francisco en su tercer viaje dentro de las fronteras italianas y una cita ineludible para los pontífices por ser la cuna del patrón del país, San Francisco de Asís, "Il poverello".

Este pequeño municipio de la región de Umbría, que se escurre entre colinas a las faldas de los Apeninos, ha recibido la visita de pontífices a lo largo de su historia pero si hay una visita que ha permanecido en la memoria colectiva de la Iglesia ha sido la que llevó a cabo el beato Juan Pablo II un 27 de octubre de 1986.

Allí, en la puerta de la Basílica de Santa María de los Ángeles, el entonces papa y futuro santo Karol Wojtyla congregó a líderes religiosos y delegaciones eclesiales de todo el planeta con el objetivo de "rezar por la paz".

Corría el año 1986 y la guerra fría daba sus últimos coletazos en la batalla de imponer un modelo político, económico y social en el mundo.

Fue entonces cuando un enérgico Juan Pablo II exhortó a los dirigentes de los diferentes credos del mundo a buscar un camino hacia la paz y a promover una práctica, la oración, que sirviese como instrumento para la consecución de este fin.

"El encontrarse juntos tantos jefes religiosos para rezar es, por sí misma, una invitación actual al mundo a que se percate de que existe otra dimensión de la paz y otras formas de promoverla, más allá de las negociaciones, los compromisos políticos y los mercadeos económicos", dijo entonces Juan Pablo II en un acto que pasó a la historia.

Del mismo modo que su predecesor, el papa emérito, Benedicto XVI, también visitó esta localidad de poco más de 25.000 habitantes para proseguir con lo que, a raíz de ese acto de 1986, dio en conocerse como "Espíritu de Asís".

Ratzinger, apenas un año y medio antes de dejar la silla de Pedro, se comprometió con otros 300 representantes de las religiones del mundo, entre los que se encontraban, como novedad, cinco agnósticos, "a trabajar por la paz".

"Nunca más violencia, nunca más guerra y nunca más terrorismo. Que cada religión lleve sobre la tierra justicia y paz, perdón y vida y amor en nombre de Dios", proclamó Benedicto XVI en la explanada que precede a la Basílica donde está enterrado el santo, antes de proceder a un encendido de lámparas de aceite y la suelta de palomas, símbolos de esperanza y luz para la Humanidad.

La visita de mañana de Francisco no transcurrirá en los mismos términos. No se trata de un simposio pacifista con otros líderes religiosos sino que la intención del pontífice argentino es visitar a los más desfavorecidos.

La pequeña "capital de la paz" recibirá mañana de madrugada (05:45 GMT) el helicóptero de Francisco que, según ha difundido el Vaticano, visitará a los niños enfermos del hospital del Instituto Seráfico de la ciudad y, más tarde, a los pobres asistidos por Cáritas del Arzobispado de Asís.

Francisco, de este modo, hace justicia a la explicación que dio días después de su elección para guiar la Iglesia Católica de por qué había elegido ese nombre.

"Los pobres, los pobres, pensé, e inmediatamente me acordé de Francisco de Asís. También pensé en las guerras y en que Francisco es el hombre de la paz, además de los pobres, y así me vino el nombre", recordó el papa Bergoglio.

El "Espíritu de Asís", el recuerdo de las obras de "Il poverello", nombre con el que se conoce al santo en Italia, volverá mañana a la cabeza de un papa que ya ha mostrado en repetidas ocasiones su voluntad de tender puentes al diálogo con otras religiones y que, a pesar del poco tiempo que lleva como pontífice, ya ha pedido enérgicamente la paz para el mundo.

Mostrar comentarios