Madrid. Ccoo no descarta más huelgas en los seis servicios municipales externalizados


Comisiones Obreras Madrid advirtió hoy de que, si la forma de gestión de externalización de servicios que ha provocado la huelga de limpieza en la capital se extendiera a los otros seis cuya concesión está pendiente de tramitar, entre ellos el de recogida de basuras el próximo enero, el Ayuntamiento se podría encontrar con un paro pasivo de todos estos sectores a la vez.
Así lo advirtió el secretario general de la Federación de Servicios Privados de CCOO Madrid, Jesús Ángel Belvis, quien ofreció una rueda de prensa en la sede local del sindicato junto al secretario general de CCOO Madrid, Jaime Cedrún, para valorar la decisión de la alcaldesa, Ana Botella, de encargar a la empresa pública estatal Tragsa los trabajos de limpieza establecidos como servicios mínimos por el Consistorio.
Ambos dijeron que es una medida que sólo puede "echar más leña al fuego" y que los sindicatos no van a ceder más "porque no pueden" y mantendrán la huelga si las tres empresas concesionarias que han anunciado expedientes de regulación de empleo los ejecutan. “Con 1.134 trabajadores despedidos no tenemos nada que perder”, enfatizó Cedrún. También aseguraron que el Ayuntamiento sabía desde la concesión del servicio que habría despidos, puesto que en el pliego de condiciones preguntaba a las empresas cuántos empleados necesitaría para llevarlo a cabo.
Por eso, para Belvis lo sucedido es “la crónica de una muerte anunciada”, y tanto para él como para Cedrún incumple la promesa del Ayuntamiento de que se cambiaba el modelo de gestión de los servicios públicos para mejorar su calidad, pero manteniendo el empleo. Ahora, si Botella lleva a cabo su “ocurrencia para reventar la huelga”, el secretario general de CCOO Madrid advirtió de que ellos pedirán la tutela judicial para que vele por el derecho de huelga y la libertad sindical, y no descarta presentar una querella.
Cedrún percibe una “connivencia” del Ayuntamiento con las empresas, puesto que ha habido reuniones entre ambos pero no entre el Consistorio y los trabajadores, y sugirió a la alcaldesa que, ya que ha pensado en Tragsa para ejecutar los servicios mínimos, encomiende a la empresa pública toda la limpieza de la capital, subrogando a los trabajadores de las actuales adjudicatarias, porque así los beneficios empresariales quedarán en las Administraciones Públicas en lugar de en entidades privadas que intentan mantener su margen y cargar todo el recorte presupuestario municipal (de 398 a 202 millones, cuantificó Belvis) sobre sus trabajadores.
Belvis llegó a dudar de que el concurso en que se licitó el servicio de limpieza viaria a empresas pertenecientes a constructoras fuera realmente limpio y transparente, y puntualizó que, para que Tragsa intervenga, es necesario que se acrediten razones objetivas como una resolución de instituciones sanitarias sobre el peligro de los efectos de la huelga para la salud pública. Por eso, admitió que no sabe cómo hará Botella para aplicar su amenaza y expresó cierta esperanza de que aún sea posible un acuerdo, si las empresas aceptan perder una parte de su margen de beneficios.

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