Madrid. En noviembre se iniciarán los trabajos para descontaminar la “laguna de chapapote” de arganda


La Comunidad de Madrid iniciará en noviembre la extracción y tratamiento de los residuos de la balsa de aceite, conocida como la “laguna de chapapote”, de Arganda, según explicó el consejero de Medio Ambiente, Borja Sarasola.
El Consejo de Gobierno autorizó hoy la realización de una encomienda de gestión por valor de 9,6 millones de euros a la empresa pública Tragsa para la realización de la primera fase de los trabajos hasta el 31 de diciembre de 2017.
“De esta forma, el Gobierno regional da un nuevo y definitivo impulso a este proyecto de recuperación ambiental que pasa por ser la mayor restauración ejecutada en Europa de un espacio natural contaminado por hidrocarburos, y cuyo coste final se sitúa en el entorno de los 14,5 millones de euros con un plazo de ejecución de seis años”, señaló Sarasola.
Esta primera fase del proyecto contempla la extracción y valorización energética de la fase bombeable –aceites más líquidos y fluidos- de la laguna principal, con un volumen estimado de 40.925 metros cúbicos, alrededor del 85% del total. Los trabajos supondrán la extracción y tratamiento de los residuos y su valorización energética en cementeras autorizadas.
Para una fase posterior quedará la extracción por medios mecánicos y la valorización energética de la fase no bombeable de la laguna principal y de la laguna anexa sureste, en la que se estima un volumen de residuos de 20.455 metros cúbicos.
BOMBAS SUMERGIBLES
Para la ejecución del proyecto se van a utilizar dos bombas sumergibles de uso específico para lodos y fluidos altamente viscosos que se instalarán en las orillas de la balsa y que se suspenderán mediante una grúa de 30 metros de altura, de forma que sea posible mover las bombas por el interior de la laguna.
Dado que la viscosidad del fluido aumenta cuando este está frío, cada equipo de bombeo será completado con un sistema de calentamiento in situ que facilite la extracción del material contaminante, sobre todo en los meses de invierno. El material bombeado será después trasladado por camiones cisterna.
La magnitud de la obra obliga necesariamente a establecer distintas fases para su desarrollo. Sarasola destacó que la redacción del proyecto se ha realizado de acuerdo a las condiciones impuestas en la Declaración de Impacto Ambiental, emitida el pasado 28 de abril y realizada pese a que legalmente no era exigible en aras de darle una mayor transparencia al proceso.
Indicó que esta balsa de residuos peligrosos tiene su origen en el vertido continuado e incontrolado hasta mediados de los años 90 de lodos ácidos y aceites usados por parte de la sociedad constituida por Aceites Ulibarri y Piqsa.
Estos vertidos se acumularon en una balsa de residuos de una superficie aproximada de 12.750 metros cuadrados, equivalente a cinco cosos taurinos.
En diciembre de 2008, ante la imposibilidad de proceder judicialmente contra los responsables de los vertidos, la Comunidad de Madrid compró la finca, de 6,4 hectáreas, y adquirió el compromiso de recuperarla.
La recuperación ambiental de este espacio se presenta como una actuación integral e innovadora que busca la total recuperación ambiental del emplazamiento.
La balsa está ubicada en el Parque Regional del Sureste, un espacio de 31.550 hectáreas en el que el esfuerzo restaurador emprendido por la Comunidad de Madrid ha convertido lo que era un área degradada en el hábitat de 200 especies distintas de aves, que encuentran acomodo en 123 láminas de agua que acumulan una superficie de 400 hectáreas.
El hueco será rellenado y cubierto con vegetación, dijo Sarasola, quien indicó que en el futuro se construirá un centro de educación ambiental que recoja lo que fue este espacio y en lo que se habrá convertido, con idea de incentivar la sensibilización social y contribuir a generar una conciencia de respeto al medio ambiente.

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