Marín cree que si desaparecen las becas Erasmus decaerá el espíritu europeo

Oviedo, 10 dic.- El exvicepresidente de la Comisión Europea Manuel Marín, que como comisario europeo de Educación en 1987 fue el impulsor de las becas Erasmus de movilidad universitaria, ha opinado hoy que, "si desaparecen, el espíritu comunitario se habrá perdido".

Manuel Marín ha impartido una conferencia este mediodía en la Universidad de Oviedo en unas jornadas sobre el vigésimo quinto aniversario del programa Erasmus.

Pese a las reticencias recientes a su financiación, Marín cree que para 2013 será aprobada, porque "no se van a atrever a no pagar el segundo semestre, no vamos a llegar a esta situación de disparate".

Pero para los años siguientes, Manuel Marín ha animado a los estudiantes y al profesorado a "pelear" por la continuidad de este programa, que ha permitido la movilidad a casi tres millones de alumnos; "pelear", como, ha recordado, tuvieron que hacer en los años ochenta para ponerlo en marcha.

El Erasmus "está íntimamente asociado con la idea de la integración europea" y es "el ejemplo de la buena Europa", ha apuntado el exvicepresidente de la Comisión Europea -que fue presidente en funciones durante varios meses en 1999-, mientras que ha denostado la asociación de estas becas con el "botellón" porque éste es "un problema general" de la juventud, no sólo del Erasmus.

Manuel Marín, que ahora preside la Fundación Iberdrola y que fue también presidente del Congreso de los Diputados, ha recordado que estuvo "dieciocho años en la sala de máquinas del proyecto europeo", cuatro negociando la adhesión ibérica y catorce como comisario.

"Allí he visto de todo (...) y del Erasmus tengo un recuerdo imborrable y satisfacción de haber hecho un buen trabajo, no puedo decir lo mismo de todo lo que hice", ha confesado Marín.

Entre las vicisitudes para la aprobación del programa Erasmus y las dificultades que Francia y Reino Unido le tendían a su propuesta como comisario, Marín ha relatado la noche en la que los ministros de Educación de la UE le hicieron "la envolvente" y querían aprobar el programa y con elogios, pero vaciando su principal contenido de intercambio de estudiantes, y su presupuesto.

Entonces llamó al entonces presidente de la Comisión, Jacques Delors, y decidieron retirar la propuesta, siendo la primera vez en la historia que la Comisión retiraba una propuesta en el Consejo de Ministros.

Un año más tarde, tras el paso por la Corte de Justicia Europea, cambios de gobierno en algunos países y otras circunstancias variadas, el programa Erasmus fue aprobado, con la intención, ha subrayado Marín, de conseguir "universitarios cosmopolitas y con una visión generosa del mundo", lo que, veinticinco años después, "sigue siendo de actualidad".