Madrid, 27 sep.- Miles de fieles comienzan a llegar al barrio madrileño de Valdebebas donde este mediodía se celebrará la ceremonia de beatificación de Álvaro del Portillo, presidida por el delegado del papa Francisco, el cardenal Angelo Amato, y a la que se prevé la asistencia de más de 100.000 personas.
Desde primera hora de esta mañana han comenzado a llegar algunos de los 1.600 autobuses procedentes de distintas ciudades españolas con familias enteras acompañadas de sus párrocos, así como muchos de los 3.500 jóvenes voluntarios que atienden a los participantes en la celebración.
También se han acercado ya hasta el lugar de la ceremonia numerosos fieles procedentes de 80 países, que han participado en algunos de los actos organizados esta semana con motivo de la beatificación del sacerdote español, sucesor de Escrivá de Balaguer al frente del Opus Dei, y muchos de los cuales han sido alojados en casas de familias madrileñas.
De esta manera comienzan a llenarse ya los 195.000 metros cuadrados dispuestos por la organización para acoger a los asistentes y adornados con 10.000 centros florales que han sido confeccionadas la Asociación La Veguilla, que emplea a más de cien personas con discapacidad intelectual.
El altar ha sido adornado con lienzos y ornamentos sagrados confeccionados por 600 voluntarios de todo el mundo, entre ellos varios conventos de clausura, y que tras la ceremonia se llevarán a iglesias en países con especiales dificultades, como Uganda, Irak, Filipinas o Jerusalén.
La organización del evento espera que asistan a esta ceremonia cerca de 150.000 personas, además de 1.200 sacerdotes que impartirán los sacramentos del perdón y de la comunión, y más de 150 obispos y 17 cardenales de todo el mundo.
La ceremonia estará presidida por el delegado del papa, el prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos, cardenal Angelo Amato, y junto a él estarán el cardenal Antonio María Rouco Varela, arzobispo emérito de Madrid, y Javier Echevarría, obispo prelado del Opus Dei.
Un papel especial desempeñará la familia de José Ignacio Ureta, el niño curado por intercesión del nuevo beato, que será la encargada de portar las reliquias al altar.
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