Muere un "casco azul" de la misión de la ONU y la UA en un ataque en Darfur

  • Un "casco azul" de la misión de paz conjunta de la ONU y la Unión Africana (UA) en Darfur murió hoy y otro resultó herido en un ataque perpetrado por hombres armados contra el vehículo en el que viajaban junto a tres soldados más en el sur de la región sudanesa, informó el organismo internacional.

Naciones Unidas, 5 ago.- Un "casco azul" de la misión de paz conjunta de la ONU y la Unión Africana (UA) en Darfur murió hoy y otro resultó herido en un ataque perpetrado por hombres armados contra el vehículo en el que viajaban junto a tres soldados más en el sur de la región sudanesa, informó el organismo internacional.

El ataque contra los miembros de la misión conjunta, conocida con el nombre de UNAMID, se produjo en la localidad de Duma, situada a 37 kilómetros de Niyala, capital del estado de Darfur del Sur, explicó a la prensa el portavoz de la ONU, Martin Nesirky.

La víctima mortal del ataque falleció en el lugar de los hechos, mientras que otro "casco azul" resultó "gravemente herido" y fue trasladado a un hospital de Niyala para ser sometido a "una operación de urgencia", indicó el organismo.

Otros miembros de la UNAMID se desplazaron al lugar del ataque, recuperaron el vehículo que fue asaltado e investigan en estos momentos los hechos, mientras que las fuerzas de seguridad sudanesas registran la zona en búsqueda de los responsables del asalto, que no han sido identificados todavía.

El ataque de hoy contra miembros de la UNAMID se produjo un mes después de que otro "casco azul" muriera al oeste de Darfur y, según los cálculos de la ONU, son ya treinta los soldados de la misión, compuesta por unas 9.000 personas , que han fallecido desde que ésta se desplegara a principios de 2008.

Darfur es escenario de enfrentamientos entre el Gobierno de Jartum y fuerzas rebeldes desde 2003, fecha desde la que han muerto unas 300.000 personas, según datos de la ONU, que estima que se han originado otros 2,7 millones de desplazados, de los que 1,8 millones están en esa región todavía.

La mayoría de esas personas no puede volver a sus hogares y vive en campamentos inseguros y en los que cuentan con servicios sociales, sanitarios y de educación que son mínimos.

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