Nasralá niega que Hizbulá ayude al régimen sirio en la represión

  • El líder del grupo chií Hizbulá, Hasan Nasralá, negó hoy que su organización preste ayuda al régimen sirio en la sangrienta represión de los opositores y denunció que ciertos medios de comunicación "exageran y deforman los hechos".

Beirut, 7 feb.- El líder del grupo chií Hizbulá, Hasan Nasralá, negó hoy que su organización preste ayuda al régimen sirio en la sangrienta represión de los opositores y denunció que ciertos medios de comunicación "exageran y deforman los hechos".

"Algunos acusan a Hizbulá de lanzar cohetes katiushas contra Zabadani (afueras de Damasco) y de participar en la represión. Son noticias falsas, los medios informativos están mintiendo", aseguró Nasralá en una videoconferencia transmitida por las televisiones árabes.

Según el clérigo chií, existe una conspiración internacional para derrocar al régimen que preside Bachar al Asad, cuyo objetivo último es acabar con la resistencia antiisraelí en el Líbano y los territorios palestinos.

Nasralá recordó que Al Asad "aceptó la mayor parte de las reformas exigidas, pero ahora dicen que es muy tarde. El que está interesado en la estabilidad de Siria nunca diría que es demasiado tarde, sino que hay que iniciar el diálogo sin condiciones previas relativo a la dimisión del presidente".

Asimismo, acusó a EEUU, Israel y a algunos países árabes y occidentales, sin nombrarlos, de "querer terminar con el régimen" sirio.

Por otro lado, instó a preservar la unidad entre las dos principales ramas del Islám, la suní y la chií.

"Varios grupos trataron a través de la historia sembrar la discordia entre las comunidades musulmanas, pero es bueno para todo el mundo, incluso para los cristianos, preservar esa unidad en la nación islámica".

En ese sentido, negó que Irán, aliado de Hizbulá y de Siria, quiera "imponer la religión chií en el mundo".

"No es su objetivo ni el nuestro que los suníes se conviertan al chiísmo", apuntó Nasralá.

Y advirtió de que "el enemigo", en alusión a EEUU e Israel, busca dividir a los musulmanes para apoderarse de sus riquezas y de sus tierras.

Por otro lado, negó las acusaciones de Occidente de que su grupo esté implicado en lavado de dinero y tráfico de droga, y recordó que está prohibido por su religión.

"Tenemos los recursos suficientes en dinero y armas para defender el Líbano y su dignidad y no necesitamos hacer ninguna clase de comercio, ya sea legal o ilegal", aseguró.

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