Negociación sobre Siria se tambalea con acusaciones en Ginebra y atentado del EI en Damasco

  • El régimen sirio acusó a la oposición de "falta de seriedad" antes de la apertura este domingo en Ginebra de las negociaciones de paz en Siria, donde un atentado cerca de Damasco reivindicado por la organización Estado Islámico (EI) dejó medio centenar de muertos.

El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, exhortó a ambas delegaciones a seguir negociando y pidió al régimen de Bashar al Asad que permita la entrada de ayuda humanitaria en las ciudades sirias asediadas.

Damasco quiere "poner fin al baño de sangre" en Siria, pero considera que la oposición no está siendo "seria", declaró en una rueda de prensa el embajador sirio ante la ONU, Bashar al Jaafari, quien encabeza la delegación del régimen, en sus primeras declaraciones desde su llegada el viernes a Ginebra.

El principal grupo de oposición, que vaciló durante días antes de aceptar participar en estas negociaciones, dice que no se unirá formalmente a las conversaciones a menos que se levanten los sitios en varias ciudades sirias, se detengan los bombardeos contra civiles y se liberen a prisioneros.

"Vinimos a Ginebra únicamente después de que se firmaran compromisos escritos de que habrá progresos en los temas humanitarios", dijo Basma Kodmani, portavoz del Alto Comité de Negociaciones (ACN, oposición).

"Estamos aquí para mantener negociaciones políticas, pero no podemos iniciarlas hasta que nos concedan estas demandas", dijo Kodmani a la prensa en Ginebra después de que una delegación de la oposición se reuniera en un hotel con Staffan de Mistura, el emisario de la ONU para Siria.

"Los que se establecen condiciones previas [a las negociaciones] están violando el acuerdo preparatorio de la ONU", respondió el delegado del régimen.

Pese a esto, el emisario de la ONU, quien trata de convencer al régimen sirio y a la oposición iniciar conversaciones en Suiza para poner fin al conflicto que empezó en 2011, dijo sin embargo estar "optimista y determinado" a avanzar.

De Mistura espera llevar a la delegación de Damasco y a la de la oposición a un proceso de diálogo indirecto que duraría seis meses, el plazo impuesto por la ONU para abrir un proceso de transición que concluiría con elecciones a mediados de 2017.

Pese a los esfuerzos diplomáticos, la violencia en el terreno no da tregua. El grupo yihadista Estado Islámico (EI) reivindicó este domingo una triple explosión cerca de una mezquita chiita al sur de Damasco que dejó al menos 50 muertos y 110 heridos.

Un coche bomba estalló frente a una estación de autobuses cerca de la mezquita de Sayeda Zeinab, al sureste de la capital siria, informó la agencia Sana. Luego dos kamikazes se hicieron estallar cuando la gente se comenzó a congregar en el lugar de la explosión, dejando 110 heridos.

"Dos soldados del califato llevaron a cabo operaciones en una guarida de infieles en la zona de Sayeda Zeinab, matando al menos a 50 personas e hiriendo a 120", dijo el grupo radical sunita.

Sumándose a la grave situación humanitaria, Médicos Sin Fronteras (MSF) anunció el sábado que en la ciudad siria de Madaya, cerca de la capital Damasco, 46 personas han muerto de hambre desde el 1 de diciembre. Esta ciudad de 40.000 habitantes está sitiada por las fuerzas del régimen.

Además de Madaya, otras 13 localidades están asediadas por el gobierno pero también por rebeldes o yihadistas del Estado Islámico (EI), según la ONU.

Los civiles son además víctimas de bombardeos del ejército leal a Bashar al Asad y de Rusia, su principal aliado, que según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) ha matado a 1.400 civiles desde el inicio de su ofensiva aérea el 30 de septiembre.

La guerra en Siria ha dejado desde marzo de 2011 más de 260.000 muertos y empujado al exilio a millones de personas. Además, el balance se agrava cada día.

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