Maltrato a los padres, cuando hacer de amigo se paga caro

  • El padre amigo en exceso democrático empieza a ser un peligro. La pérdida de autoridad, de aceptación de la frustración, convierte a muchos niños tiranos en agresores. 

    Se piensa que ocurre en familias desestructuradas con problemas económicos: no es así. El gran problema es la educación.

Maltrato a los padres, cuando hacer de amigo se paga caro
Maltrato a los padres, cuando hacer de amigo se paga caro
M.T.
M.T.

La noticia siempre deja con el frío en el cuerpo. Un hijo matando a un padre. Inconcebible. Inhumano. Lo hemos vuelto a tener que sufrir tras el asesinato de una madre a manos de su hijo en Montilla (Córdoba).

En España un 10% de las familias sufre la tara de la violencia de hijos contra padres a distintos niveles. Según un estudio reciente realizado por la Unión Europea este tipo de hechos, contra lo que muchos piensan no distingue entre el nivel socioeconómico ni modelo familiar. Sí que se cumple el hecho de que la mayoría de los agresores son adolescentes varones y las víctimas, sus madres.

La BBC se ha hecho eco del caso en España. "Se piensa que ocurre en familias desestructuradas con problemas económicos: no es así. Hay gran variabilidad y muchas tienen posición acomodada", apunta la psicóloga Esther Roperti, que ya en 2005 vio cómo en el centro de tratamiento en el que trabajaba en Madrid ingresaban más chicos por maltrato a padres que por actos vandálicos.Se ha perdido la autoridad

Asimismo, parte del problema suele ser que la familia no tiene claro el concepto de autoridad y su sistema educativo es permisivo. Son más amigos que padres y crean "adolescentes caprichosos que no toleran la frustración". "Un adolescente al que hay que decirle sí a todo, vive el presente y explota si no se lo complace. La falta de límites genera angustia y ansiedad, es como cruzar una calle sin semáforo", dice Esther Roperti.

El laurel, un centro Especializado de Ejecución de Medidas Judiciales, único adscrito a la Comunidad de Madrid con terapia específica para estos agresores ha elaborado un documento de trato y prevención de estos casos. Y es claro. Estas son algunas de sus conclusiones.No se puede educar para no tolerar la frustración

Los aspectos normativos en la educación de los hijos (por exceso, por defecto o por inconsistencia) son vitales en la aparición y mantenimiento de esta violencia. La relación entre hijos y padres en familias marcadas por la violencia filio-parental se basa en la aceptación incondicional y repetida de todos los deseos de un hijo, que desarrolla escasa o nula tolerancia a la frustración.

La educación democrática tiene sus efectos si se convierte en un exceso

Una concepción errónea del significado de “educación democrática”, o la ocupación por el hijo de un rol que no le corresponde desemboca en la tiranía del adolescente. La violencia puede así entenderse como un intento del adolescente por desvincularse de unos padres que les han colocado en una posición de dependencia continua en la vida cotidiana. El niño tirano se convierte en un ser privado de experiencias y aprendizajes, que funciona por debajo de su potencial cognitivo y afectivo.Los rasgos de estos niños tiranos que de adolescentes pueden ejercer de tiranos

Dentro de una familia que se encuentra con este drama se vislumbra, según exponen los expertos de El laureal se perciben factores familiares deficitarios, pautas educativas inconsistentes, modelos de relación basados en el dominio y la sumisión, escasa empatía, baja tolerancia a la frustración.

¿Qué provoca esta educación y este día a día en casa? Fundamentalmente un déficit en el control de impulsos y emociones, dificultades para asumir límites y normas por parte de unos jóvenes que tienen pocas habilidades de comunicación e incapacidad de solucionar de problemas y baja autoestima. Esos niños reyes se convierten en adolescentes violentos. Otra lacra, que hay que frenar.

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