Oficial niega que tropas británicas mutilaran a insurgentes iraquíes en 2004

  • Un coronel del Ejército británico negó hoy ante una investigación oficial que militares de su país hubiesen mutilado a insurgentes iraquíes fallecidos en 2004, como han sido acusados.

Londres, 2 sep.- Un coronel del Ejército británico negó hoy ante una investigación oficial que militares de su país hubiesen mutilado a insurgentes iraquíes fallecidos en 2004, como han sido acusados.

El coronel Adam Griffiths prestó hoy testimonio a través de un comunicado ante una investigación pública independiente iniciada en 2010 para esclarecer la muerte de una veintena de iraquíes supuestamente a manos de militares británicos en mayo de 2004.

Griffiths era el oficial al mando de un batallón de soldados del Reino Unido, aliado de EEUU en la invasión de Irak iniciada en 2003, que se vio involucrado en un combate de tres horas con insurgentes iraquíes conocido como "Batalla del Niño Danny".

Este oficial es el primer militar británico que presta declaración en esta pesquisa que investiga que las acusaciones de que tropas del Reino Unido maltrataron y asesinaron a detenidos iraquíes al término de esa batalla, lo que siempre ha negado el Ministerio de Defensa del Gobierno de Londres.

La investigación fue abierta a petición de los familiares de los iraquíes supuestamente mutilados después de ser asesinados.

En un comunicado divulgado hoy, Griffiths dijo que no cree y jamás había creído los "rumores" de que los militares británicos hubieran mutilado los cuerpos de los iraquíes muertos antes de entregar los cadáveres a sus familiares.

Este oficial argumentó que esos "rumores" fueron "ocasionados por una combinación de ignorancia entre la población local, ante las traumáticas lesiones que se pueden sufrir en combate, y la falta de información extendida por los insurgentes, que querían desacreditar a las fuerzas de la coalición".

Griffiths aseguró en su comunicado que no vio nada que "sugiriera maltrato de detenidos en el Campo de detenidos Abu Naji (CAN), ni maltrato durante la batalla".

Tras ese enfrentamiento, el oficial recibió la orden de trasladar los cadáveres de los iraquíes muertos en combate a una base de detenidos en el sur de Irak, según dijo, en un intento por identificar a un hombre presuntamente involucrado en el asesinato de seis militares del Reino Unido el año anterior.

Con relación a esa orden de recoger los cuerpos muertos en combate y llevarlos a la base, este militar admitió que se trató de una instrucción "muy poco habitual", pero dijo que pensó que habría un "buen motivo" para hacerlo.

Según Griffiths, alrededor de una docena de cadáveres de los insurgentes iraquíes fueron trasladados a Abu Naji en la parte trasera de un vehículo, pero dijo que no observó "nada que pareciera inconsistente con las lesiones propias de una batalla campal".

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