ONU pide fin de las violaciones a los derechos humanos en R. Centroafricana

  • La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, reclamó hoy en Ginebra el fin de las violaciones a los derechos humanos en República Centroafricana, asolada por los asesinatos indiscriminados, la violencia sexual y los saqueos.

Ginebra, 16 abr.- La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, reclamó hoy en Ginebra el fin de las violaciones a los derechos humanos en República Centroafricana, asolada por los asesinatos indiscriminados, la violencia sexual y los saqueos.

"Hago un llamamiento a todas las partes implicadas en la crisis para que garanticen la implementación efectiva de los acuerdos de paz de Libreville y hacer serios esfuerzos conjuntos para acabar con la inseguridad y la violencia que reina en el país", afirmó Pillay citada en un comunicado.

"Exhorto igualmente al Consejo nacional de transición nuevamente establecido a actuar rápidamente para restablecer la autoridad del Estado y a tomar todas las medidas necesarias para asegurarse que los civiles sean protegidos y puedan ejercer sus derechos, sin miedo por su integridad física, sus bienes y sus medios de subsistencia", agregó la Alta Comisionada.

El nuevo Ejecutivo de República Centroafricana ha prohibido que la gente porte armas, a pesar de que todavía es frecuente ver por la calle a individuos armados pertenecientes a la coalición rebelde Séléka (ahora en el poder) y está tratando de incautarse de armamento disperso por la ciudad.

Sin embargo, esta operación de desarme se ha convertido en una nueva excusa para el pillaje, y ayer varias personas murieron a manos de los miembros de la Séléka por oponer resistencia a estos actos de saqueo.

Los líderes de la Séléka no se han pronunciado todavía al respecto, aunque Michel Djotodia, elegido por el Consejo Nacional de Transición como presidente interino de la República Centroafricana para un periodo de 18 meses, prometió que la seguridad será un asunto prioritario.

"Desde que la coalición Séléka lanzó su ofensiva en diciembre pasado, numerosas violaciones graves se han cometido, especialmente asesinatos, arrestos y detenciones arbitrarias, casos de tortura, reclutamiento forzado de niños, violaciones, desapariciones y secuestros", lamentó Pillay.

"Tenemos informaciones de 19 casos de violencias sexuales contra mujeres y niñas. Dada la situación de la ausencia de una fuerza policial y de un sistema judicial fiables y en funcionamiento, y el miedo al acoso y la estigmatización, es muy posible que haya muchos más casos y las víctimas no pueden denunciarlos", agregó la Alta Comisionada.

Pillay denunció también los numeros casos de pillaje de bienes privados y públicos, incluidos los hospitales.

"El pillaje masivo de las oficinas y los almacenes de las agencias humanitarias y la perturbación de la ayuda humanitaria que es vital son totalmente inaceptables y tienen un impacto devastador en la vida de centenas de millares de civiles".

El pasado 24 de marzo, las fuerzas de Séléka derrocaron en un golpe de Estado al hasta entonces presidente, François Bozizé, quien también accedió al poder en una asonada en marzo de 2003, y que ahora espera destino para exiliarse en África occidental.

El golpe de Estado de los rebeldes de la Séléka se produjo después de que en enero se hubiera celebrado en Libreville un proceso negociador entre el Gobierno centroafricano y los insurgentes.

Las conversaciones culminaron con la firma de unos acuerdos de paz el día 11 de ese mismo mes que contemplaban un alto el fuego y una transición de un año con un Gobierno de unidad nacional que no satisfizo las exigencias de los rebeldes.

Los insurgentes retomaron las armas el pasado marzo, tras dar un ultimátum a Bozizé para que cumpliera varias reivindicaciones -retirada de tropas extranjeras del país y liberación de presos políticos, entre otras- que expiró el día 20 de ese mes, y avanzaron hasta Bangui.

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