"Espero que el rey no firme" la orden de ejecución, declaró a AFP Mohamed al Nimr, padre de Alí, detenido en febrero de 2012, cuando tenía 17 años, por haberse manifestado contra las autoridades.
Nimr avisó que la ejecución de su hijo podría provocar una reacción violenta de la comunidad chiita a la que pertenece.
"No necesitamos eso, no necesitamos ni una gota de sangre", dijo.
El joven condenado a muerte es un sobrino de Nimr al Nimr, un líder religioso chiita que también está en el corredor de la muerte.
Nimr al Nimr era uno de los líderes de las protestas que comenzaron hace cuatro años en la Provincia Oriental, donde viven la mayoría de los chiitas de Arabia Saudita, el bastión del wahabismo, una doctrina sunita puritana basada en una interpretación literal del Corán.
El padre de Alí al Nimr reconoció que su hijo había manifestado junto a miles de personas cuando era un alumno de enseñanza secundaria, pero aseguró que no cometió los otros numerosos delitos que se le imputan, como robo, ataque a policías o lanzamiento de cócteles Molotov.
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