Padres y colegios se organizan para afrontar un día de comedor sin monitores

  • Familias y equipos directivos de los colegios de Aragón se han visto hoy obligados a cambiar el horario de trabajo, a atender en casa a niños de amigos o a ejercer labores de vigilancia en las escuelas que se han quedado sin monitores de comedor debido a la huelga indefinida que iniciaron ayer y no haber servicios mínimos.

Zaragoza, 9 ene.- Familias y equipos directivos de los colegios de Aragón se han visto hoy obligados a cambiar el horario de trabajo, a atender en casa a niños de amigos o a ejercer labores de vigilancia en las escuelas que se han quedado sin monitores de comedor debido a la huelga indefinida que iniciaron ayer y no haber servicios mínimos.

Mientras ayer los colegios de Infantil y Primaria funcionaron con unos servicios mínimos de aproximadamente el 50 % y del 100 % en los de Educación Especial, la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA) de anularlos después de que trabajadores, sindicatos y partidos políticos los denunciaran por abusivos, hoy algunos colegios se han quedado sin ningún monitor.

Y es que el TSJA ha hecho públicos hoy los nuevos servicios mínimos ya comenzado el horario de comedor y los monitores lo han conocido a través de SMS enviados por los sindicatos.

Aunque algunos colegios ya habían advertido a los padres del riesgo de que no se pudiera prestar el servicio para que los que pudieran fueran a recoger a sus hijos, otros como el Juan Sorribas de Alcañiz (Teruel) se ha encontrado a última hora con el plante de las monitoras que ayer, según han reconocido a Efe algunos padres y el propio director, Juan Seguro, habían anunciado que acudirían.

Seguro ha explicado a Efe que junto con el resto del equipo de dirección, algún maestro y las auxiliares de cocina tendrán que atender a sus 90 alumnos.

La solución que ha adoptado el director del CEIP Espartidero de Zaragoza, Manuel Vergara, ha sido reunirse de forma urgente a primera hora de la mañana con los padres que usan el servicio de comedor para comunicarles la situación, que ayer solventaron con los servicios mínimos, y lo que van a tratar es que los que se queden, habitualmente 340, estén controlados.

Al conocer la noticia, algunos padres de este colegio se han ofrecido a llevarse a su casa a los hijos de amigos o conocidos, como Isabel Estua, quien hoy cuenta con cuatro invitados extra además de su hija.

Alicia Aranda ha tenido suerte porque su marido está de vacaciones y esta semana puede ir a recoger a su hija de 11 años, ya que viven en un pueblo a 10 kilómetros del colegio y no tiene servicio de autobús escolar, pero si el conflicto se prolongara la próxima semana tendría que organizarse con familiares.

Es lo mismo que le ocurre a Nely, quien esta semana trabaja de tarde y su marido tiene fiesta y pueden hacerse cargo de su hija a la hora de comer, pero la próxima semana cambia el turno y a la niña la tendría que dejar en el comedor.

También en el barrio de Santa Isabel, el director del colegio Guillermo Fatás, Manuel Fernández, será quien ejerza la vigilancia de los alrededor de 200 niños que habrá hoy, apoyado por su equipo directivo, algún profesor y las auxiliares de cocina, que repartirán la comida.

Sola al frente de 80 niños se ha encontrado la directora del colegio San Juan de la Peña de Jaca (Huesca), María Luisa Ferrer, porque no ha querido echar mano de colaboradores pero ha dicho a Efe que hará de "heroína" y llegará a lo que pueda.

Esta escuela atiende a más de 300 niños diariamente, de los que cien proceden de otros municipios y solo disponen de transporte público a la entrada y salida, por lo que al medio día hay que darles asistencia, aunque hoy veinte padres han podido acudir a recogerles y todos los que viven en Jaca también se han ido a sus casas, por lo que se ha quedado con 80.

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