El cuerpo de Miguel Pajares ha sido incinerado en el tanatorio de la localidad madrileña de Villalba, tras fallecer a causa de las complicaciones derivadas del ébola en el hospital La Paz-Carlos III a las 9.28 horas.
Según confirmaron fuentes del tanatorio y de la Consejería de Sanidad, el cadáver fue trasladado directamente al tanatorio desde el centro hospitalario en un féretro sellado. Nada más llegar fue introducido en el horno crematorio.
El cadáver ha sido incinerado de acuerdo con el protocolo establecido en estos casos por el Ministerio de Sanidad, a fin de garantizar la seguridad del personal sanitario, funerario y de la ciudadanía.Sin autopsia
Al sacerdote español Miguel Pajares, fallecido esta mañana en el Hospital Carlos III de Madrid por el virus del ébola, no se le puede realizar una autopsia debido a la elevada carga viral de los fluidos corporales, como así lo establece el protocolo de actuación ante estos casos.
Además, en el procedimiento de actuación del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) del Ministerio de Sanidad, el cual se consensuó con los responsables de alertas sanitarias de las comunidades autónomas, establece que el trato de los cadáveres de personas fallecidas por esta enfermedad debe limitarse a personal entrenado.
Pajares ingresó el pasado jueves en el Hospital Carlos III de Madrid tras ser repatriado desde Liberia. Había contraído la enfermedad en el país africano por su trabajo en el hospital San José de Monrovia. El sacerdote llegó acompañado de la hermana Juliana, que no padecía la enfermedad pero que también fue ingresada como medida preventiva.
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