Partido salafista egipcio rehúsa algunas decisiones de las nuevas autoridades

El Cairo, 6 jul.- El partido Al Nur, uno de los principales de la corriente salafista en Egipto, rechazó hoy algunas decisiones adoptadas por las nuevas autoridades tras el golpe de Estado dado el pasado miércoles por el Ejército, que cesó al presidente Mohamed Mursi.

En un comunicado, la formación criticó que el nuevo presidente interino egipcio, Adli Mansur, haya comenzado a emitir declaraciones constitucionales "sin efectuar consultas con la sociedad y los partidos".

Mansur, que juró su cargo el jueves pasado, disolvió ayer la Cámara alta del Parlamento, dominada por los islamistas, en su primera declaración constitucional como presidente.

Al Nur indicó haber percibido cómo las nuevas autoridades están "apoyando a una corriente sin tener en cuenta a la otra", ante el supuesto favor que las Fuerzas Armadas están haciendo a los no islamistas.

El Ejército egipcio dio el pasado miércoles un golpe de Estado para deponer a Mursi con el respaldo de una parte de los ciudadanos que salieron en masa a las calles, y de líderes religiosos y políticos, entre los que estaban representantes de Al Nur y otras fuerzas no islamistas. Mientras tanto, los partidarios de Mursi reclamaron una vuelta al orden constitucional.

Al Nur justificó en su momento su adhesión al plan del Ejército para evitar el derramamiento de sangre y lograr la reconciliación nacional después del "fracaso" de Mursi en su primer año de gobierno.

El grupo salafista lamentó la muerte de al menos 30 manifestantes ayer en Egipto en incidentes entre partidarios y detractores de Mursi, y la persecución de responsables políticos, en alusión a los líderes de los Hermanos Musulmanes arrestados en los últimos días, lo que "se contrapone con el principio del diálogo y la reconciliación nacional".

Asimismo, rechazó el cierre de canales de televisiones islamistas, algunos de ellos salafistas, y pidió el cese inmediato de ese tipo de prácticas.

Al Nur señaló que proseguirá sus contactos con todas las fuerzas políticas, sociales, juveniles e instituciones religiosas para lograr la "reconciliación verdadera, sin excluir a nadie".