Los problemas en el suministro obligan a la población de Gaza a depender del agua embotellada

Reuters/EP
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Tanto los gazacíes como los especialistas en desarrollo han asegurado que la situación está sobrepasando los límites, ya que más del 90 por ciento del agua de los acuíferos no es apta para el uso doméstico, según el vicepresidente de la Autoridad Palestina del Agua, Rebhy al Sheij.

"El agua (del grifo) es salada, como si viniera directa del mar. Hemos dejado de beberla", ha asegurado Marwan An-Najar, un palestino del sur de la Franja de Gaza.

Las causas del problema son varias, pero en gran parte se derivan de la contaminación del acuífero.

La principal fuente de agua en Gaza contiene entre 55 y 60 millones de metros cúbicos de agua en el transcurso de un año, pero la demanda de los dos millones de habitantes del territorio costero supera los 200 millones de metros cúbicos. Esto significa que el acuífero está sobreexplotado y el agua del mar Mediterráneo se filtra junto con las aguas residuales y residuos químicos.

En un estudio publicado en 2012, Naciones Unidas predijo que Gaza se convertiría en un territorio inhabitable en 2020 y sus acuíferos no se podrían usar en 2016. Sheij ha asegurado que esa es casi la situación actual. Según los valores internacionales, el 96,5 por ciento del acuífero es inutilizable.

La semana pasada, la Unión Europea y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) abrieron una planta de desalinización de 10 millones de euros financiada por la UE. El especialista de UNICEF en agua y saneamiento Mohanlal Peiris ha asegurado que la instalación podría ayudar a un total de 75.000 personas.

La gran esperanza se encuentra en la construcción de una planta de desalinización a gran escala, que costaría cerca de 500 millones de euros y que podría satisfacer la gran demanda de Gaza, pero este proyecto aún tardaría muchos años.

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