Ricardo Blázquez ya es cardenal y se le asigna la iglesia de Santa María in Vallicella

    • El arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Ricardo Bláquez Pérez, ha sido este sábado el número 12 de los 20 nuevos purpurados en acercarse al Papa.
    • El Pontífice ha otorgado a Blázquez la iglesia romana de Santa María in Vallicella; Francisco ha exigido a los nuevos cardenales que no acepten las "injusticias".

Ricardo Blázquez ya es cardenal y se le asigna la Iglesia romana de Santa María in Vallicella
Ricardo Blázquez ya es cardenal y se le asigna la Iglesia romana de Santa María in Vallicella

El arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Ricardo Blázquez Pérez, ha sido este sábado el número 12 de los 20 nuevos purpurados en acercarse al Papa y arrodillarse ante él para recibir la birreta, el anillo cardenalicio.

El Pontífice ha otorgado a Ricardo Blázquez la iglesia romana de Santa María in Vallicella, que representa la comunión del nuevo cardenal con Roma. El consistorio, en el que estaba el Papa emérito Benedicto XVI, ha comenzado con el saludo litúrgico y la oración colecta. Tras la proclamación del Evangelio, el Papa ha exigido a los nuevos cardenales que no acepten "injusticias" ni siquiera las que "podrían ser beneficiosas" para ellos o para la Iglesia.

La delegación gubernamental española que ha acudido a la ceremonia estaba encabezada por la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García Margallo, y el ministro del Interior, Jorge Fernández.

Además, han estado presentes un total de 40 obispos españoles y el portavoz de la Conferencia Episcopal Española, José María Gil Tamayo, que también asistirán por la noche a la cena organizada por el embajador de España ante la Santa Sede, Eduardo Gutiérrez Sáenz de Buruaga.

El arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez, se ha convertido en el cuarto cardenal de la historia de la Diócesis vallisoletana 104 años después de que el arzobispo José María De Cos y Macho fuese creado purpurado en 1911.Doce cardenales españoles

Tras esta ceremonia, serán doce los cardenales españoles que pertenecerán al Colegio Cardenalicio. De ellos, son miembros de la CEE el arzobispo emérito de Madrid, Antonio María Rouco Varela; el arzobispo emérito de Toledo, Francisco Álvarez Martínez; el arzobispo emérito de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo; el arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares Llovera; el arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach; el arzobispo emérito Castrense, José Manuel Estepa Llaurens; el arzobispo emérito de Pamplona y obispo emérito de Tudela, Fernando Sebastián Aguilar, y el arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez.

Otros cardenales españoles son: Eduardo Martínez Somalo, Prefecto emérito de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica y Camarlengo emérito del Colegio Cardenalicio; Julián Herranz Casado, presidente emérito del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos y de la Comisión Disciplinar de la Curia Romana; Santos Abril y Castelló, Arcipreste de la Basílica de Santa María la Mayor; y José Luis Lacunza Maestrojuán, obispo de la diócesis de David (Panamá), creado cardenal también este sábado.

Entre todos ellos, son electores Abril y Castelló (21-9-1935); Rouco Varela (20-8-1936); Martínez Sistach (29-4-1937); Blázquez Pérez (13-4-1942); Lacunza Maestrojuán (24-2-1944) y Cañizares Llovera (15-10-1945).El Papa exige a los nuevos cardenales que que no acepten "injusticias"

El Papa ha exigido a los cardenales que no acepten "injusticias" ni siquiera las que"podrían ser beneficiosas" para ellos o para la Iglesia durante la ceremonia de creación de cardenales en la que ha impuesto el birrete y el anillo cardenalicio al arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal española, Ricardo Blázquez.

Durante su discurso en la basílica de San Pedro, en una ceremonia en la que también ha estado presente el Papa emérito, Benedicto XVI, Francisco ha advertido de que los sacerdotes no pueden sucumbir a la "ira", aunque reconoce que al pastor que vive en contacto con la gente "no le faltan ocasiones para enojarse".Sin lugar para el rencor

"Esto no es aceptable en un hombre de Iglesia. Aunque es posible entender un enfado momentáneo que pasa rápido, no así el rencor", ha alertado.

Por ello, les ha recordado que la "caridad" es la única que libra a los hombres del "peligro de reaccionar impulsivamente, de decir y hacer cosas que no están bien; y sobre todo libra del peligro mortal de la ira acumulada, *alimentada* dentro de uno, que le hace llevar cuentas del mal recibido".

Francisco ha recordado que pertenecer al colegio cardenalicio "es una dignidad, pero no una distinción honorífica" y que, por tanto, no es "algo accesorio o decorativo" sino "un punto de apoyo y un eje esencial para la vida de la comunidad".Ni envidia, ni orgullo, ni egoísmo

El Papa ha advertido a los nuevos cardenales de que su cargo es un servicio que se basa en la "caridad" y ha alertado de pecados como la "envidia", el "orgullo", el "egoísmo".

"Los seres humanos -todos, y en todas las etapas de la vida- tendemos a la envidia y al orgullo a causa de nuestra naturaleza herida por el pecado. Tampoco las dignidades eclesiásticas son inmunes a esta tentación", ha reconocido el Papa.

Además, ha criticado la auto-referencialidad de quien "busca inevitablemente su propio interés, y cree que esto es normal, casi un deber". Así, ha dicho que "el que está auto-centrado carece de respeto, y muchas veces ni siquiera lo advierte, porque el *respeto* es la capacidad de tener en cuenta al otro, su dignidad, su condición, sus necesidades".

Durante su alocución, Francisco ha recordado a todos los purpurados presentes en la basílica de San Pedro que toda la Iglesia "está llamada a presidir en la caridad", pero que la Iglesia que está en Roma "tiene también en esto un papel ejemplar".Magnánimos, bondadosos y dóciles

Asimismo, ha llamado a los cardenales a ser "magnánimos", "bondadosos" y "dóciles". Por ello, les ha dicho que cuanto mayor es "la responsabilidad en el servicio de la Iglesia, tanto más hay que ensanchar el corazón, dilatarlo según la medida del Corazón de Cristo".

En esta línea les ha invitado a"amar sin límites"."La benevolencia es la intención firme y constante de querer el bien, siempre y para todos incluso para los que no nos aman", ha recalcado.

"Cuanto más incardinados estamos en la Iglesia que está en Roma, más dóciles tenemos que ser al Espíritu, para que la caridad pueda dar forma y sentido a todo lo que somos y hacemos. Incardinados en la Iglesia que preside en la caridad, dóciles al Espíritu Santo que derrama en nuestros corazones el amor de Dios", ha subrayado finalmente.

El consistorio ha comenzado con el saludo litúrgico y la oración colecta. A la proclamación del Evangelio ha seguido alocución del Santo Padre. El papa Francisco ha pronunciado después la fórmula de creación de los nuevos cardenales, sus nombres y el orden diaconal o presbiteral al que serán asignados. A continuación, los nuevos purpurados han recitado el Credo y el juramento de fidelidad y obediencia al Papa y a sus sucesores.Francisco y Benedicto XVI vuelven a saludarse en público

El Papa Francisco ha saludado al papa emérito Benedicto XVI antes y después del consistorio de creación de cardenales.Benedicto XVI ya participó en el primer consistorio de creación de cardenales que celebró Francisco en febrero de 2014. Esa fue una de sus contadas apariciones públicas desde que hace dos años renunciara al Papado.

En una entrevista al Corriere della Sera, el secretario personal del Papa Emérito, George Gänswein, ha asegurado que Benedicto XVI "sale solo cuando se lo pide el Papa Francisco y no acepta otras invitaciones" porque lleva una vida "monástica".

Sobre su salud, ha señalado que como cualquier persona de casi 88 años "tiene problemas en las piernas de vez en cuando" pero ha precisado que "la cabeza le funciona perfectamente" y que tiene "una mente formidable". Así, en su día a día, el Papa Emérito reza, estudia, pasea, recibe alguna visita y también toca el piano, "sobre todo Mozart".

Con motivo del segundo aniversario de la decisión de Ratzinger de renunciar al Pontificado, Gänswein indicó que fue "un grandísimo acto de Gobierno" y que el propio Papa Emérito "está convencido de que fue la decisión justa".

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