San Juan, 28 abr.- El próximo 1 de mayo se cumplen diez años de la salida de la Marina de Guerra estadounidense de la isla municipio de Vieques, al este de Puerto Rico, tras cuatro décadas de su uso de ese bello paraje natural como campo de tiro, aunque los problemas de contaminación todavía perduran.
Los puertorriqueños tienen aún en su memoria, una década después, aquel 1 de mayo de 2003, cuando el entonces presidente de Estados Unidos, George W. Bush, ordenó la salida de Vieques -de tan sólo 33 kilómetros de largo y 7 de ancho- de la Marina de Guerra del país norteamericano.
La Marina había ocupado durante cerca de 40 años Vieques y su vecina isla de Culebra, utilizadas como campo de tiro para su armamento e, incluso, en alquiler, para el de otros países.
Organizaciones de diferentes ámbitos sociales de Puerto Rico -estado libre asociado de EE.UU.- recuerdan, con la cercanía del aniversario, que la salida de la Marina de Vieques, todavía bajo control estadounidense a través del Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre, no significó el fin de los problemas para sus pobladores.
Aseguran que enfermedades como cáncer, diabetes, hipertensión y problemas respiratorios son mucho más habituales entre los habitante de Vieques que en otros lugares de Puerto Rico, lo que achacan a las prácticas militares, que la Marina niega aduciendo falta de estudios objetivos.
Además, critican que esas cuatro décadas de explotación militar han dejado en la isla, de gran riqueza medioambiental, restos de municiones que permanecen en las aguas de Vieques y Culebra sin detonar, lo que pone en peligro la seguridad de residentes y turistas.
El pasado marzo, una niña de siete años sufrió quemaduras mientras jugaba con un artefacto militar que contenía fósforo blanco que se activó al caer al suelo.
Pescadores de Vieques denunciaron recientemente que en el periodo 2002-2004 la pesca en la isla era de 75 toneladas de promedio anual, mientras que en el intervalo de 2007-2011 fue de apenas 7 toneladas, algo que atribuyen a la contaminación de las aguas por prácticas militares que incluían pruebas químicas.
El detonante de la salida de la Marina de Vieques tiene su origen en 1999, tras la muerte accidental del guardia civil David Sanés, durante unas maniobras nocturnas de la Marina.
El incidente desencadenó manifestaciones multitudinarias para exigir la salida de los militares estadounidenses de la isla.
El Partido Independentista Puertorriqueño encabezó toda una serie de protestas y la creación de un campamento que se mantuvo durante un año ininterrumpido, desde el 8 de mayo de 1999 al 4 de mayo de 2000, en el polígono de tiro, en la playa Allende de Vieques.
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