Santos retira proyecto de reforma educativa y llama a estudiantes al diálogo

  • El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, zanjó hoy un enfrentamiento de su Gobierno con universitarios al oficializar el retiro de una polémica reforma a la educación presentada en octubre pasado a consideración del Congreso, aunque los estudiantes mantienen sus protestas.

Bogotá, 11 nov.- El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, zanjó hoy un enfrentamiento de su Gobierno con universitarios al oficializar el retiro de una polémica reforma a la educación presentada en octubre pasado a consideración del Congreso, aunque los estudiantes mantienen sus protestas.

"Queremos hacer un gesto adicional de buena voluntad. La Ministra (María Fernanda Campo) acaba de firmar la carta que se va a radicar inmediatamente en el Congreso donde se solicita ya, desde ahora, que retiren el proyecto de reforma" a la educación superior, señaló Santos.

Si bien es cierto que el Gobierno pide el retiro del proyecto, será la Comisión VI de la Cámara, mediante votación, la encargada de aprobar y retirar la iniciativa del Ejecutivo.

Antes de que Santos oficializara el retiro del proyecto, los partidos afines al Gobierno se reunieron con el mandatario y le manifestaron la inconveniencia de seguir con la iniciativa ante el Legislativo.

En una declaración pública, el jefe de Estado colombiano reiteró su intención de apartar esta polémica medida, después de que el pasado miércoles hizo el mismo ofrecimiento a condición de que se levantara el paro estudiantil que desde el pasado 12 de octubre dejó vacías las aulas de las 32 universidades públicas del país.

Esto es "una demostración más de nuestra buena fe", y que espera que así lo entiendan los estudiantes, a quienes les ratificó que el Gobierno Nacional no tiene intención de "ponerles conejo (trampa), como lo han manifestado algunos sectores", remarcó.

Asimismo, invitó a los estudiantes para que desde la próxima semana se puedan establecer los procedimientos que permitan avanzar en una reforma concertada.

"Una reforma donde todo el mundo quede contento, para que sea una reforma que realmente pueda aportarle a la educación superior, donde todo el mundo sienta que contribuyó a esa gran reforma. Eso le conviene es al país", anotó Santos.

Pese a la medida, en Bogotá miles de estudiantes universitarios mantienen viva, desde el jueves pasado, una protesta en la céntrica Plaza de Bolívar y han anunciado que solo hasta mañana, sábado, darán una respuesta a los ofrecimientos.

En otras ciudades colombianas otros miles de estudiantes también salieron a las calles por el mismo motivo.

Según Santos, la decisión de retirar el proyecto responde a que "otros sectores radicales dentro del movimiento de estudiantes están diciendo que el Gobierno no es confiable" y sostuvo que espera que los alumnos "así lo entiendan" y los rectores de las universidades les faciliten terminar el semestre una vez se levante el paro.

La mayor preocupación del Gobierno, reconoció, es que los alumnos reprueben el curso, no puedan graduarse y se disminuya el número de plazas disponibles para el siguiente año.

La del jueves fue la tercera protesta masiva desde el 3 de octubre, cuando el Gobierno presentó al Legislativo el proyecto que los estudiantes reclaman debió haber sido consensuado por la comunidad universitaria.

"Las marchas han sido enormes y han transcurrido sin alteraciones", afirmó Sergio Fernández, portavoz de la Organización Colombiana de Estudiantes (OCE), convocante de la protesta junto a la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU).

Recordó que a Bogotá han llegado estudiantes de otras ciudades como Medellín, Cali y Villavicencio, que viajaron hasta la capital en caravanas de autobuses, motocicletas e incluso a pie.

El cese de actividades alcanza a la mayoría de las 32 universidades públicas del país, establecimientos que tienen una población cercana a los 600.000 estudiantes y a las mismas se han sumado universitarios de instituciones privadas.

La FEU y la OCE, entre otras asociaciones, rechazan la iniciativa por considerar que pone en riesgo la financiación y autonomía de los centros educativos superiores.

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