Las 'sirenas' rusas, reinas del nado sincronizado

A Natalia Ishchenko y Svetlana Romashina ya las habían comparado con sirenas. Y fue eso lo que trajeron a los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro-2016 para revalidar su oro en los dúos de nado sincronizado.

No hubo sorpresas, desde que pusieron un pie en la piscina eran favoritas, el oro estaba prácticamente asegurado.

"Psicologicamente es muy duro porque entendemos que una victoria es lo que siempre se espera de nosotras, nadadoras sincronizadas. Colocamos la barra muy alta y obviamente, no la podemos dejar caer", expresó Ishchenko, que dio con Romashina el quinto oro consecutivo a Rusia en esta prueba.

Quien quedaba segundo y tercero era la pregunta. Y era allí donde querían entrar las españolas Gemma Mengual y Ona Carbonell con un programa flamenco, que conquistó al público pero no terminó de convencer a los jueces, que las dejaron a las puertas del podio, en el cuarto lugar.

La plata fue para las chinas Huang Xuechen y Sun Wenyan y el bronce para las japonesas Yukiko Inui y Risako Mitsui.

"Estábamos a nivel muy parejo, muy igual y a veces las pequeñas décimas que te separan son cuestión de suerte, de quien te esté puntuando, es muy relativo, que a veces se gana, a veces se pierde, que los rivales eran muy fuertes", dijo Mengual a la AFP.

Los movimientos iniciales con las manos, los gestos faciales, acompañado de una música aderezada con las castañuelas, todo muy flamenco.

"Nos sale de dentro, y ya hemos hecho flamenco las dos, hemos visto mucho", explicó Carbonell, de 26 años y plata en dúo y bronce en equipos en Londres-2012.

Mengual, que ganó dos platas en Pekín-2008, en dúo y equipos, regresó a Rio con 39 años y cuatro años apartada de las piscinas.

"Estaba nadando pensando 'dale todo porque seguramente será lo último que compitas y lo último que hagas en este altísimo nivel', he nadado al 100% pensando en eso, luego no sé... de momento creo que sí", se retira, dijo.

En la tribuna, donde recibieron grandes apoyos, se encontraban sus dos hijos, su marido y su madre. A Carbonell también vinieron a aplaudirla su novio, hermano y padres.

Las españolas quedaron 4,4000 atrás de las rusas, que ofrecieron una rutina sobre sirenas.

"Hace mucho tiempo comenzamos a hablar sobre desarrollar un programa llamado 'sirenas' porque muchas veces somos llamadas de sirenas, pasamos más tiempo en el agua que fuera. Pero era difícil imaginar cómo íbamos a retratarlas sin aletas", añadió.

Y no hubo decepción: daba para imaginarse las aletas, con los saltos de frente y espalda que realizaban dentro del agua, como delfines. El oro estaba cantado desde el momento que salieron de la piscina.

Recibieron una puntuación total de 98,5333 puntos.

La dupla mexicana compuesta por Karem Achach y Nuria Diosdado quedó penúltima con un programa sobre "el bien y el mal".

"Muy satisfechas, se logró el objetivo que era llegar la final (...) El nado sincronizado mexicano es otro y vamos por buen camino", dijo Diosdado que consiguió con Achach meterse en la primera final de esta disciplina en 16 años.

El jueves comienza la competencia por equipos. Las españolas no participan, las rusas sí.

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