Sonrisas y música dan la bienvenida al ministro Margallo en Tacloban

  • Un abanico de sonrisas de una población que lucha por salir adelante y un coro musical dio hoy la bienvenida en Tacloban, una de las ciudades de Filipinas más devastadas por el tifón Haiyan, al ministro español de Exteriores, José Manuel García-Margallo, de visita oficial en el país.

Belén Anca López

Tacloban (Filipinas), 25 mar.- Un abanico de sonrisas de una población que lucha por salir adelante y un coro musical dio hoy la bienvenida en Tacloban, una de las ciudades de Filipinas más devastadas por el tifón Haiyan, al ministro español de Exteriores, José Manuel García-Margallo, de visita oficial en el país.

García-Margallo viajó hoy a Tacloban, en la isla filipina de Leyte y a unos 580 kilómetros al sureste de Manila, donde pudo comprobar de primera mano la desolación causada por el tifón hace cuatro meses y la ayuda de la cooperación española, una de las primeras en auxiliar a la población afectada por el Haiyan.

Una ciudad que yace en ruinas y una población que no pierde la sonrisa y la esperanza: esa es la imagen que vio el ministro a su llegada a Tacloban, localidad en la que ha actuado principalmente la cooperación española para ayudar a paliar los devastadores efectos del tifón Yolanda, como se le conoce en Filipinas.

El hospital regional de esta población, esencial para la cobertura de la atención sanitaria especializada de las víctimas del tifón que azotó Filipinas el 8 de noviembre de 2013, fue la primera parada del jefe de la diplomacia española.

Un recorrido a pie por sus estancias culminó con un pequeño homenaje al ministro por parte del coro musical del centro hospitalario que le obsequió con música "kundiman", una especie de habanera, en agradecimiento a su visita.

El apoyo de España se ha centrado en proveer asistencia sanitaria y apoyo al restablecimiento de la funcionalidad del hospital, donde a los pocos días del tifón llegó un equipo médico español de 35 personas para apoyar la labor del centro.

España contribuyó con 700.000 euros al funcionamiento de ese centro hospitalario y facilitó además la primera planta potabilizadora, así como cinco grupos electrógenos.

María, una joven española de 28 años, ingeniera de Caminos, acompañó a la delegación española en su visita y explicó cómo fueron aquellos primeros días en Tacloban.

Ella llegó a la ciudad sólo tres días después del tifón y lo que vio fue muerte y desolación.

"Impactante, duro, muy duro, lo más duro de mi vida", relata María, que se encontraba en Manila de cooperante con la Agencia Española de Cooperación Internacional y para el Desarrollo (AECID) cuando el tifón Yolanda azotó a este país del sudeste asiático.

Las autoridades y las cientos de ONGs que trabajan en la ciudad han conseguido cubrir las necesidades básicas de muchos de sus ciudadanos, pero aún queda mucho por hacer.

Cientos de miles de personas viven aún en tiendas de campaña, después de que 14 millones de personas vieran destruidas o dañadas sus viviendas, tal y como recordó García-Margallo.

"Habrá que hacer un enorme esfuerzo. Las restricciones presupuestarias son las que son. Igual que se hizo un esfuerzo en el momento del tifón, habrá que hacerlo ahora porque las necesidades aquí son enormes", dijo el jefe de la diplomacia española.

La cooperación española sigue ayudando a la población filipina de Tacloban y es que, una vez superada la fase mas acuciante de necesidades, se preparan nuevos programas.

Así, García-Margallo hizo entrega en esta ciudad de 25 barcos de pesca artesanal -una cifra que aumentará hasta llegar a 400- a trabajadores de la zona para que puedan vivir de la pesca, evitando así además que puedan unirse a la guerrilla comunista que castiga a esta zona hace años.

Al igual que los trabajadores del centro hospitalario, los pescadores se quisieron fotografiar con el ministro en agradecimiento a su visita y por la ayuda que España les presta.

La siguiente parada de García-Margallo fueron unos almacenes del Programa Mundial de Alimentos, que concentran la ayuda que sigue llegando a Tacloban para cubrir las necesidades más básicas.

La ayuda española a esta zona del planeta va más allá y por ello, en colaboración con seis organizaciones no gubernamentales (Acción contra el Hambre, Cruz Roja, Cáritas, Médicos sin Fronteras, Intermon Oxfam y Save the Children), se logró obtener otros dos millones de euros, dedicados a apoyo logístico y redistribución de los alimentos, así como a distintos programas para la población.

Entre ellos destaca uno para trabajar con menores que, al haber perdido a sus padres a consecuencia del tifón o haberse quedado sin casa y sin medios para subsistir, tienen un alto riesgo de ser víctimas del tráfico de menores.

Y fueron los más pequeños precisamente aquellos que durante las horas que García-Margallo estuvo en Tacloban le dedicaron a él y a la delegación española que le acompaña las mayores sonrisas, en un país que es de los más vulnerables del mundo ante catástrofes naturales y uno de los que más sufre sus efectos.

Mostrar comentarios