Tambor y bombo, historia y tradición

  • Eduardo Bielsa.

Eduardo Bielsa.

Andorra (Teruel), 27 mar.- Son casi las doce de la noche del jueves santo y los habitantes de Andorra (Teruel) se cuelgan los tambores y el bombo. Se dirigen hasta la plaza para "Romper la hora", un acontecimiento festivo que rescata tradición e historia en los pueblos del Bajo Aragón Histórico.

Muchos visitantes les preguntarán por qué tocan sin parar hasta altas horas de la madrugada y muchos seguramente no tendrán una respuesta contundente, pero lo cierto es que ahí están para dar una vuelta de tuerca a una celebración con un origen puramente religioso.

Junto al sonido del redoble y el mazo de la villa minera, los conciudadanos de Albalate del Arzobispo, Alcorisa, Híjar, Samper de Calanda, Urrea de Gaén, La Puebla de Híjar, la Calanda del cineasta Luis Buñuel y Alcañiz, completan la conocida como la "Ruta del Tambor y Bombo", presidida por Segundo Bordonaba.

Y es que, frente al despliegue de la Semana Santa de Andalucía, la del Bajo Aragón se caracteriza por su carácter popular y su modesta ornamentación en las cofradías que desfilarán estos días por sus calles, acompañadas de sus "capirotes".

Pese a que Buñuel encumbró a Calanda como el pueblo por excelencia de la "Rompida de hora", la realidad es que el resto de pueblos, a excepción de Alcañiz, celebran este acontecimiento durante estas fechas, además de otros actos que los hacen aún más especiales.

Así, Andorra es conocida por su bella procesión de las "Antorchas" al monte de San Macario, cuando miles de tambores y bombos desfilan a las dos de la mañana del viernes santo para honrar la muerte de Jesucristo, mientras que Albalate del Arzobispo celebra la salida de sus "alabarderos" de la Iglesia de la Asunción.

Por su parte, Alcorisa vive uno de sus momentos más espectaculares con la representación de "La Pasión" con un escenario natural impagable, el "Calvario", donde se representa con rigurosa teatralidad un pasaje muy especial para la Semana Santa.

Pese a estas individualidades, sus habitantes celebran cada año unas Jornadas de Convivencia donde ponen en común sus toques y comparten un fin de semana de celebración en el que la amistad es la verdadera protagonista.

Algo que también se repite a nivel nacional, cuando los pueblos del Bajo Aragón se hermanan con sus homólogos repartidos por la geografía española para conmemorar su pasión por el tambor y el bombo.

Hellín y Tobarra (Albacete), Totana y Moratalla (Murcia), Baena (Córdoba), L'Alcora (Castellón) o Alagón (Zaragoza), son algunos de los participantes de una exaltación del redoble y el mazo que pretende convertirse en Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO bajo el lema de "La Tamborrada".

Sea como fuere, amigos, abuelos, padres, hijos y nietos, viven una noche de encuentro entre la que, entre risa y charla, se disfruta de un instrumento de percusión que tiene alma de perpetuidad.

Es por ello, que estos pueblos siguen manteniendo su apuesta por el tambor y el bombo, como elementos culturales y distintivos de sus fronteras, gracias a la herencia de una tradición que se remonta mucho tiempo atrás.

Cada turista podrá ver que de puertas a casa se repiten los ensayos, los nervios, y cómo los más pequeños comienzan a coger confianza con el mazo y los palillos como una progresión más de su brazo.

Por el momento, quedan unos días en los que triunfará la cordialidad y un sonido que retumbará por encima de sus procesiones, cofrades y curiosos visitantes.

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