Tensa espera en Bangkok tras la oferta de los camisas rojas al Gobierno

  • Bangkok.- Los miles de manifestantes que exigen la disolución del Parlamento tailandés aguardaban hoy, parapetados tras neumáticos y empalizadas de bambú, la respuesta del Gobierno a su oferta de negociar una salida pacífica de la crisis política.

Tensa espera en Bangkok tras la oferta de los camisas rojas al Gobierno
Tensa espera en Bangkok tras la oferta de los camisas rojas al Gobierno

Bangkok.- Los miles de manifestantes que exigen la disolución del Parlamento tailandés aguardaban hoy, parapetados tras neumáticos y empalizadas de bambú, la respuesta del Gobierno a su oferta de negociar una salida pacífica de la crisis política.

La oferta de los llamados "camisas rojas, que han montado en el corazón de la cosmopolita Bangkok un campamento que sintoniza con el medio rural del que proceden la mayoría de ellos, consiste en poner fin a la invasión a cambio de que el Ejecutivo disuelva el Legislativo en treinta días, y ya no de inmediato como antes exigían.

Hasta el momento, ni el primer ministro, Abhisit Vejjajiva, ni nadie de su Gobierno ha dado señales claras de si aceptarán o no la oferta hecha por los manifestantes, tras seis semanas de protestas y brotes de violencia que han causado 26 muertos y más de un millar de heridos en menos de un mes.

Al menos 45 granadas y artefactos explosivos han estallado en la capital tailandesa y provincias vecinas desde que el pasado 14 de marzo los "camisas rojas" reanudaron las protestas con la movilización de unas 100.000 personas.

Las primera negociación entre los "camisas rojas" y el Gobierno para llegar a un acuerdo, fracasaron a raíz de que los líderes de la movilización rehusaran la oferta del primer ministro se convocar elecciones anticipadas a finales de este año.

El jefe del Ejército y máximo responsable de la seguridad en la capital, general Anupong Paochinda, descartó el pasado viernes el empleo de la fuerza para disolver a los manifestantes, en el punto de mira de los grupos de partidarios gubernamentales y de los llamados "camisas amarillas", de corte conservador y monárquico.

No obstante, el portavoz del organismo creado para supervisar la seguridad en la capital, coronel Sansern Kaewkamnerd, aseguró en rueda de prensa sin precisar cómo ni cuándo, que los miles de manifestantes serán disueltos, sus armas incautadas, su campamento desmantelado.

"Lo que ahora tratamos de hacer es identificar a los terroristas que hay entre los camisas rojas. No vamos a emplear la fuerza contra los manifestantes, pero eso no quiere decir que no vayamos a dispersarles", apuntó el portavoz militar.

Entretanto el Gobierno y el Ejército mantienen silencio acerca de su planes para lidiar con los manifestantes y sortear la crisis, los cabecillas de la protesta instan al primer ministro a que acepte la oferta y advierten de que combatirán contra las tropas en el caso de que emprendan una carga para desalojarles del centro de la capital.

"Si el primer ministro rechaza nuestra oferta, nosotros vamos a continuar luchando", advirtió Natthawut Saikuea, uno de los jefes de los "camisas rojas" en un discurso a sus correligionarios.

Según otro destacado cabecilla de la movilización, Jatuporn Prompan, el primer ministro dio hoy sábado orden al jefe del Ejército y responsable de la seguridad en Bangkok, general Anupong Paochinda, de recurrir al empleo de la fuerza para dispersar a los manifestantes.

"Ha dicho el primer ministro al general Anupong que no va a disolver el Parlamento ni negociar con el Frente. Quiere que el Ejército disperse a los camisas rojas", dijo Prompan a lo periodistas.

Tailandia está inmersa en una profunda crisis política fruto de la lucha entre los detractores y seguidores de Shinawatra, depuesto en la asonada de 2006 después gobernar durante casi seis años.

Exiliado y prófugo de la justicia tailandesa, el multimillonario Shinawatra, sobre el que pesa en Tailandia una pena de dos años de cárcel por corrupción y abuso de poder, dirige y financia las protestas desde un país de conveniencia.

Los "camisas rojas" provienen en su mayoría de las zonas rurales del norte y noroeste del país, las de mayor densidad demográfica y feudos de los testaferros de Shinawatra.

Miguel F. Rovira

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