Traficantes de personas en eeuu presionan a las víctimas de la trata ante el desconocimiento de sus derechos


Uno de los principales problemas que afectan a los inmigrantes en Estados Unidos es que muchas de estas personas “no entienden que tienen derechos”, y las mafias aprovechan la situación para traficar con personas en el negocio de la trata de seres humanos con fines de explotación sexual o laboral, según manifestó a Servimedia Hillary Chester, directora del Programa contra la Trata de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos.
Chester, que recientemente participó en Madrid en un encuentro católico internacional sobre la trata de personas, indicó que “mucha de la población migrante no entiende que tiene derechos. Y si escuchan las noticias parece que todos van a ser deportados y detenidos. No es verdad, pero esta es la percepción, pues la población inmigrante es muy vulnerable a la explotación”.
Incluso se dan casos como el narrado por esta experta: “Hay personas que encuentran trabajo para una semana en la construcción y al final el empresario les dice que no les va a pagar, amenazándoles con denunciarles para que los detengan y los deporten. Y la gente lo cree. Y se van sin recibir sus ganancias. Este es el problema por el clima que hay en torno a la inmigración. La gente migrante se siente muy incómoda, temen a qué les va a pasar si les encuentra la policía”.
Aunque Hilary Chester trabaja directamente con las víctimas de la trata -comenzó en el estado fronterizo de Texas hace una década-, en 2008 pasó a colaborar con la Conferencia Episcopal Estadounidense, pues, según esta experta, la Iglesia lleva décadas preocupada por estas víctimas.
UN NUEVO FENÓMENO
“La Iglesia católica empezó a hablar del fenómeno de la trata sobre 1990, porque estaba ayudando a migrantes y mujeres víctimas de la violencia y se encontraron casos que no eran lo normal de un inmigrante o de una víctima de violencia doméstica. Así que entendieron que era un nuevo fenómeno, el de mujeres de otros países que llegaban a Estados Unidos y eran explotadas sexualmente. Con esta información se empezó a investigar más y encontramos la trata laboral con fines de explotación”.
Aunque hay otras agencias y entidades que también prestan ayuda a estas personas en el país norteamericano, la Iglesia estadounidense ha trazado un perfil a partir de su propia experiencia, ayudando a 3.000 víctimas desde 2003. Según Chester, la mayoría son inmigrantes; el 55% mujeres, de distintas edades, aunque también hay adolescentes y la edad media está sobre los 20 años. Según su origen (han atendido a inmigrantes de 90 países), las nacionalidades más repetidas son las de México, Filipinas, Tailandia, India y Guatemala.
La responsable en temas de trata del Episcopado estadounidense reconoció asimismo a Servimedia que desde la Administración de Obama hay “mucho apoyo” a las víctimas reconocidas, que tienen a su disposición numerosos recursos. Sin embargo, matiza que el trabajo de la institución católica con los políticos para abordar esta lacra “es muy complicado”, porque hay millones de inmigrantes ilegales en el país y los trámites son enrevesados.
“Hay necesidad de regularizar a estas personas. Tenemos visa para víctimas de la trata, cursos sociales, recursos y servicios para que estas personas puedan empezar una vida de nuevo y puedan pedir también que sus familiares vengan a Estados Unidos. Existe un proceso para proteger a este grupo específicamente, pero es un trámite muy complicado y necesita apoyo de abogados, trabajadores sociales y la cooperación de las autoridades para asegurar su visa”, concluyó.

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