Tres días de luto en Níger por la muerte de 92 emigrantes en el desierto

  • El Gobierno de Níger decretó hoy tres días de luto por la muerte de 92 emigrantes en el desierto del Teneré cuando intentaban alcanzar territorio argelino.

Niamey, 1 nov.- El Gobierno de Níger decretó hoy tres días de luto por la muerte de 92 emigrantes en el desierto del Teneré cuando intentaban alcanzar territorio argelino.

En un comunicado, el Ejecutivo nigerino, que presentó sus condolencias a los familiares de las víctimas, en su mayoría de la región de Zinder, en el centro-este de Níger, solicitó a los fieles musulmanes que recen por el alma de los desaparecidos durante el rezo del mediodía de hoy.

Para el presidente de la ONG Aghir Iman, Almustafa Alhacen, el duelo en la ciudad minera de Arlit, de donde partieron los emigrantes, se está observando con especial dolor.

Según Alhacen, que participó en la búsqueda de los cadáveres, entre los que se hallaron 52 niños, 33 mujeres y 7 hombres, la estación de la ciudad, de donde parten los camiones que se dirigen hacia Argelia y Libia "está desierta".

"Solamente algunos conductores están en el lugar y la tristeza se refleja en todos los rostros", continuó Alhacen, contactado por Efe.

El pasado 26 de septiembre, 116 emigrantes partieron de esta ciudad, situada en la provincia de Agadez (a 200 kilómetros de la frontera), con la intención de llegar a Argelia, pero solo 21 sobrevivieron después de que los dos camiones en los que viajaban se quedaran sin gasolina.

"A pesar de los riesgos enormes que supone atravesar el desierto del Teneré y las numerosas amenazas a las que se exponen los emigrantes clandestinos que quieren atravesar la frontera, el flujo de candidatos no conoce descanso, para el disfrute de los traficantes y sus cómplices", subrayó este activista de los derechos humanos.

En este sentido, Somaila Katan, presidente de la Ong Aften, también destacó que más allá de los peligros del camino, están también los sinsabores de la nueva vida a la que se enfrentan los emigrantes.

"Los niños y las mujeres que logran llegar a los países del Magreb acaban dedicándose generalmente a la mendicidad, si no son explotados como trabajadores del servicio doméstico", afirmó Katan.

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