Un conductor acusado de dos muertes pide perdón y admite exceso de velocidad

  • Un joven juzgado hoy en Valladolid por dos homicidios por imprudencia, cometidos cuando conducía un todoterreno y arrolló un ciclomotor, ha pedido perdón por las dos muertes, ha asegurado que no vio el vehículo en el que viajaban las víctimas y ha admitido que circulaba a más velocidad de la debida.

Valladolid, 10 nov.- Un joven juzgado hoy en Valladolid por dos homicidios por imprudencia, cometidos cuando conducía un todoterreno y arrolló un ciclomotor, ha pedido perdón por las dos muertes, ha asegurado que no vio el vehículo en el que viajaban las víctimas y ha admitido que circulaba a más velocidad de la debida.

"Lamento mucho lo ocurrido, quiero pedir perdón" por las víctimas, "no vi la moto; se lo juro por mi hijo. Lo siento muchísimo", ha asegurado entre lágrimas el joven encausado, cuando la juez le ha concedido la última palabra al acabar la vista oral.

"Llevó siete meses en la cárcel, pero saber que han muerto dos personas en el accidente va a ser la mayor condena de toda mi vida", ha resumido el encausado.

La vista oral se ha desarrollado en el Juzgado de lo Penal número 2 de Valladolid por hechos ocurridos sobre las 23:45 horas del pasado 15 de abril, en la Avenida de Santander, junto a una fábrica azucarera, en la provincia vallisoletana.

En aquella fecha, el acusado guiaba un todoterreno que impactó con una motocicleta conducida por un hombre y ocupada por una mujer, quienes perecieron tras el accidente.

El fiscal, quien reclama una pena de cuatro años de prisión por dos delitos de homicidio imprudente, ha centrado sus acusaciones en que, aquella noche, Antonio N.A. ingirió alcohol y condujo a una velocidad excesiva, calculada entre 75 y 92 kilómetros por hora, en un tramo con limitación a cincuenta.

El encausado ha reconocido los hechos por los que le acusa el ministerio fiscal y a los que se ha adherido la acusación particular, quien ha solicitado sin embargo ocho años de cárcel, mientras la defensa ha demandado dos años de prisión.

La defensa ha tenido en cuenta que el acusado acudió ante la Guardia Civil tras enterarse del accidente mortal y ha citado la reparación del daño, porque el Consorcio de Compensación de Seguros ha abonado ya una indemnización de 80.000 euros por cada víctima mortal y 2.000 euros por los daños del ciclomotor, han explicado a Efe fuentes jurídicas.

Cuando iba a comenzar el juicio, en audiencia pública para la comparecencia de testigos y peritos, varias personas que se encontraban a las puertas de la Sala, dentro del edificio de los juzgados, han comenzado a gritar "asesino" y "sinvergüenza", entre otras expresiones que han obligado a la juez a solicitar a la Guardia Civil el desalojo del vestíbulo del inmueble para poder celebrar la vista.

Policías locales que han comparecido como testigos han admitido que la zona en la que se desencadenó el accidente mortal no se encontraba iluminada en el caso de la calzada, y sólo había luces en la azucarera situada junto a la carretera, argumento que ha alegado la defensa para asegurar que el acusado no vio el ciclomotor al que alcanzó en ese área, donde siguió la marcha sin detenerse.

Como perito, compareció un experto para informar de la ingestión de alcohol del acusado en el momento del suceso, que calculó entre 1,2 y 1,37 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, cinco veces más de la tasa permitida.

El mismo perito, que analizó la velocidad del todoterreno cuando ocurrió el accidente, ha precisado que el todoterreno circulaba entre 75,6 y 92,4 kilómetros por hora.

El especialista ha considerado que el impacto de los dos vehículos tuvo que ser "brutal" y se produjo cuando el acusado colisionó contra el ciclomotor "sin verles".

El juicio ha quedado visto para sentencia.

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