Un estudio demuestra que hay personas que no se emocionan con la música

    • Las personas con anhedonia son incapaces de experimentar placer con los sonidos musicales, según un estudio llevado a cabo por científicos españoles.
    • Sí experimentan satisfacción con otras cosas, como ganar dinero.
Algunos participantes no demostraron sensibilidad a la música que escuchaban
Algunos participantes no demostraron sensibilidad a la música que escuchaban
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Incapaces de emocionarse con las Cuatro Estaciones de Vivaldi, de vibrar con Carmina Burana o de emocionarse con el memorable Barcelona, de Montserrat Caballé y Freddie Mercury. De elegir la canción que ha marcado su vida o ponerle banda sonora a alguno de sus mejores momentos. Así son las peronas que padecen anhedonia, un nuevo trastorno identificado por científicos españoles cuyo trabajo acaba de hacer público la revista "Current Biology".

"La identificación de estos individuos puede ser muy importante para entender las bases neuronales de la música, es decir, comprender cómo se traducen una serie de notas en emociones", explica uno de los autores del estudio, Josep Marco-Pallarés, de la Universidad de Barcelona.

Personas insensibles a la música, e incapaces de experimentar placer a través de ella, aunque sí de otras maneras.

Los investigadores habían encontrado previamente pistas sobre esta forma de anhedonia tras desarrollar un cuestionario para examinar las diferencias individuales en la recompensa musical. Esas evaluaciones determinaron que algunos individuos presentaban baja sensibilidad a la música pero sensibilidad media a otro tipo de actividad.

En el estudio actual, el equipo de investigación decidió analizar más de cerca tres grupos de diez personas, formados cada uno por participantes con altos grados de placer en respuesta a la música, calificaciones medias de placer en respuesta a la música o baja sensibilidad a la recompensa musical. Los individuos en los tres grupos fueron seleccionados según su sensibilidad global a otro tipo de recompensas y su capacidad de percibir la música.

Los sujetos participaron en dos experimentos diferentes: una tarea musical, en la que tenían que calificar el grado de placer que experimentaban mientras escuchaban música agradable y una tarea de incentivo monetario, en la que los implicados debían responder con rapidez a un objetivo con el fin de ganar o perder dinero real. Ambas tareas implican circuitos neuronales relacionados con la recompensa y producen un torrente de dopamina.A los participantes se les preguntaba si las piezas les resultaban placenteras y tenían que pulsar diferentes botones a la vez que sonaba la música, en función del grado de placer que les producía, de gusto a rechazo. Al mismo tiempo, se medía su ritmo cardiaco y los cambios en la conducta de la piel, como la sudoración. Las personas a las que la música conseguía emocionar, sufrían incrementos del ritmo cardiaco y de la conductancia de la piel. En cambio, los participantes con anhedonia permanecían impasibles.Insensibles a la música, pero no a ganar dinero


Esas personas, en cambio, respondieron a las recompensas monetarias, lo que demuestra que la baja sensibilidad a la música no está vinculada a alguna anormalidad global en la red de recompensa. Los hallazgos podrían conducir a entender mejor el sistema de recompensa, con implicaciones para patologías como la adicción y los trastornos afectivos, según los científicos.

"La idea de que las personas pueden ser sensibles a un tipo de recompensa y no a otro sugiere que es posible que haya diferentes maneras de acceder al sistema de recompensa y que, para cada persona, algunas maneras puedan ser más eficaces que otras", concluye Marco-Pallarés.Dicho de otro modo, comprobaron que hay personas insensibles a la música pero no al placer de conseguir dinero.Los científicos afirman que este "trastorno" afectaría a entre un 1 y un 5 por ciento de población, pero serían necesarias más investigaciones para un resultado más preciso.





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