Un experto dice que es prematuro dar por extinguido el incendio de Daimiel

Ciudad Real.- Guillermo Rein Soto-Yarritu, científico y experto en fuegos que trabaja en la Universidad de Edimburgo (Escocia), ha asegurado hoy que "es prematuro" dar por extinguidos los focos del incendio de combustión latente que desde agosto quema la turba del Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel.

Rein, que forma parte del equipo de trabajo del Centro BRE for Fire Safety Engineering, ha declarado a EFE que "habría que esperar un tiempo prudencial, al verano probablemente, para confirmar que se ha extinguido" pues si bien es cierto que da señales de menor actividad, sólo se podrá dar por extinguido con la inundación total de las turberas.

Ha recordado que si la turba está seca (por debajo de 55% de agua en peso), se puede quemar y si está mojada o encharcada, no se puede quemar.

Esto, ha asegurado, "no es porque el agua desplace el oxigeno, sino porque por encima del 55% de agua, el fuego latente de la turba no puede liberar suficiente calor como para evaporar todo el agua, y se extingue".

Con el encharcamiento total sería posible apagar los incendios latentes y ha recordado que, "así se hizo en Carolina del Norte en verano del 2008 cuando las turberas del Parque Nacional Pocosin Lakes National Wildlife Refuge prendieron. Más de 450 bomberos trabajaron durante tres meses para inundar la zona y solo después de la inundación total se dio por extinguido".

No obstante, ha subrayado que lo realmente importante en relación a la situación del incendio latente en el Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel es que "está bajo control y muy reducido de tamaño".

En su opinión, se puede decir que "está estable y con pronóstico favorable", utilizando un argot médico, y eso "ha sido gracias a las labores del extinción y prevención, el invierno húmedo y el agua de los pozos; ahora, sólo el agua del trasvase puede garantizar el final".

La combustión latente de las turbas se producen como consecuencia de la sequedad de la estructura de las mismas, que al reducir su volumen provoca el agrietamiento del terreno por donde penetra el aire que oxida la materia orgánica.

El proceso continuado de oxidación induce que la temperatura del terreno aumente progresivamente hasta ocasionar que las turbas entren en combustión, creando un gran brasero incandescente bajo la tierra.