El hecho de que entre los veintidós estudiantes del colegio Johannis de Osnabrück, Baja Sajonia, haya judíos, cristianos y musulmanes no tiene nada de inusual en una sociedad multicultural como la alemana, informa Deutsche Welle en español.
Lo que convierte a esta escuela primaria en un proyecto educativo singular –sólo podrá ser tildado de pionero si otras instituciones siguen su ejemplo en el futuro– es la disposición de sus directores a impartir clases de religión ajustadas a los credos de sus alumnos. Los jóvenes reciben el resto de las enseñanzas juntos.
El objetivo de esta estrategia pedagógica –auspiciada por la comunidad judía, la cristiana y la musulmana– es fomentar el respeto entre ciudadanos de distintas confesiones, involucrando a los estudiantes en actividades que les permitan conocer tempranamente culturas religiosas distintas de la propia, los fundamentos de la fe de los otros, sus ritos y costumbres.
En el colegio Johannis se respetan los días festivos del judaísmo, el cristianismo y el islam; y sus respectivos símbolos están a la vista en las instalaciones del plantel.
Similitudes y contrastes
"En lo que a sus religiones se refiere, nosotros queremos que los jóvenes ejerciten su capacidad de diálogo y, al mismo tiempo, que practiquen su fe libremente, respetando los valores de los demás", comenta Winfried Verburg, director del departamento de educación de la diócesis de Osnabrück.
"Para mí es importante que los estudiantes se percaten de los paralelos que existen entre las religiones monoteístas abrahámicas", dice Annett Abdel-Rahman, quien enseña la religión musulmana.
Abdel-Rahman lleva un velo y su colega, Sebastian Hobrack, encargado de las clases de judaísmo, lleva una kipá. Contrario a lo que ocurre en otros contextos, dentro y fuera de Alemania, la indumentaria religiosa no es un problema en el colegio Johannis.Otras noticias de Deutsche WelleCómo evitar masacres como la de NoruegaEl arte y el muro de BerlínCómo evitar masacres como la de NoruegaNo obstante, las expectativas de éxito de este sistema "pluriconfesional" son modestas; tópicos fundamentales como el del almuerzo y cómo servirlo para que se ajusten a las premisas alimentarias del judaísmo, el cristianismo y e Islam generan dificultades a diario.Otro reto para los educadores del colegio Johannis de Osnabrück parte de las diferencias que existen aún entre correligionarios. Abdel-Rahmanseñala que los niños musulmanes en su clase de religión tienen distintos orígenes; unos son turcos y otros son indonesios, árabes y alemanes.Los judíos y los cristianos tampoco constituyen un grupo homogéneo. Lo bueno es que, por ahora, esas cuestiones no molestan a los padres de los veintidós alumnos de esta escuela primaria.
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