Una madre salva a su hijo de las filas del Estado Islámico

    • Una madre cuenta la historia de su hijo de 21 años que decidió viajar a Siria tras radicalizarse en Reino Unido.
    • En vez de esperar a que regresase, decidió esperarle en un hotel en la frontera turco siria.
Estado Islámico
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"Tenía que demostrarle que a pesar de todo, su madre le esperaba". Con estas palabras explica una madre británica que tras enterarse de que su hijo había sido herido en los combates en Siria decidió ir a buscarle. Viajó a la frontera turca con Siria en un peligroso intento de persuadir a su hijo, nacido en Gran Bretaña, para que este abandonara el Estado Islámico. Esperó allí durante tres semanas y usó un iPad en un locutorio para mandar direcciones a su hijo, para que pudiera llegar sano y salvo a la frontera.

La BBC publica la historia de esta madre coraje que explica que constantemente pensaba cómo podría traerle de vuelta. "Me di cuenta de que decirle que volvieses era insuficiente y completamente inútil así que dejé de hacerlo", explica esta madre de 45, que vive en el norte de Londres.

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En una entrevista explica que su hijo se convirtió al Islam hace tres años, cuando cumplió los 18. "Empezó a acudir a una mezquita local y a buscar información en la red", recuerda su madre. Desde entonces, empezó un proceso de radicalización que le llevó a luchar en Siria. "Mi hijo abrazó el Islam por convicción, nadie le forzó ni obligó", insiste esta madre inglesa.

Tres años después de empezar su proceso de radicalización decidió viajar secretamente a Siria donde se unió a los rebeldes de Estado Islámico. Una vez en Siria, llamó a su madre. "Nunca me contó sus planes. Sabía que si me lo decía no le hubiera permitido viajar", reconoce en la BBC.

Preguntada por los motivos que empujaron a su hijo a viajar a Siria apunta que se sentía molesto por la opresión del régimen de Al Assad. "Ingenuamente, creyó podría viajar allí y ayudar", defiende su madre.

Lejos de perder los nervios y rechazar a su hijo, esta madre coraje empezó a contactar con él para convencerle de volver a casa. "Cuando me llamaba, me sentía aliviaba porque escucharle al otro lado del teléfono me demostraba que al menos estaba vivo y sano. Cuando por el contario, pasaban días sin que me llamase, la ansiedad recorría mi cuerpo", señala.

Este sensación de angustia le empujó a cambiar su táctica y viajar a la frontera turco siria. Su hijo llevaba cuatro meses en Siria cuando decidió actuar. Supo que estaba herido. Un intercambio de disparos entre las facciones sirias le alcanzó y le causó varias heridas en la espalda. Fue en ese momento cuando decidió ir a por su hijo.

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Se subió en el siguiente avión con destino Andana, una ciudad en la frontera turco siria que utilizan los combatientes extranjeros para llegar a Siria. Una vez allí, utilizó internet para comunicarse con su hijo y ofrecerle una ruta segura para encontrarse con ella. Le envíe la dirección del hotel y esperé a que viniese", señala.

Pasó un día y luego una semana sin noticias de él. Finalmente, dos semanas después su hijo apareció en el hotel. "Me sentí tan aliviada", concluye.

Unos 3.000 occidentales se han unido a las filas del movimiento yihadista Estado Islámico (ex Isis), que busca instaurar un califato en un territorio que cruza la frontera entre Siria e Irak. La posibilidad de que al regreso a sus países estas personas cometan algún tipo de atentado se ha vuelto una de las principales preocupaciones de las autoridades de sus países de origen, como Reino Unido, Estados Unidos y Bélgica, entre otros.

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