Víctimas en Argentina de represión durante la crisis de 2001 aún sin justicia

  • A doce años de los disturbios que sacudieron Argentina el 19 y 20 de diciembre de 2001, el punto más álgido de la peor crisis social, política y económica que recuerda el país, familiares de los manifestantes que murieron durante la represión policial de esos días reclaman el comienzo del juicio a los responsables.

Aldana Vales

Buenos Aires, 19 dic.- A doce años de los disturbios que sacudieron Argentina el 19 y 20 de diciembre de 2001, el punto más álgido de la peor crisis social, política y económica que recuerda el país, familiares de los manifestantes que murieron durante la represión policial de esos días reclaman el comienzo del juicio a los responsables.

Como en cada aniversario, los familiares realizarán este viernes una marcha por las distintas placas que, ubicadas en diversas veredas de la capital argentina, marcan el punto donde cada una de las víctimas fue asesinada.

Precisamente, este viernes se volverá a colocar la baldosa conmemorativa de Alberto Márquez, quien murió tras recibir dos balazos en el tórax y cuya placa fue removida por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires durante la obra para el circuito del metrobús.

En el duodécimo aniversario, familiares y amigos aguardan con escepticismo el comienzo del juicio por la represión de diciembre de 2001, cuya fecha está fijada para el 24 de febrero próximo.

"Lo que yo quiero no se puede cumplir, que es que mi hermano no estuviera muerto, pero lo mínimo que puedo pedir es que se juzgue a los responsables de su muerte y que vayan presos", dijo a Efe Karina, hermana de Diego Lamagna, quien murió aquel 19 de diciembre después de haber sido herido en el pecho con un perdigón de plomo.

"Las pruebas y la cantidad de testigos están. Lo que hay es una dilación porque la Justicia nos toma el pelo", añadió Lamagna.

Como muchos de los que participaron de las masivas protestas de aquellos días contra el Gobierno de Fernando de la Rúa (1999-2001), Diego nunca había ido a ninguna marcha ni militaba, pero la crisis de 2001 lo impulsó a reclamar una solución para la caótica situación económica en la que se encontraban los argentinos.

"Él estaba mirando la televisión con mi mamá. Le dijo 'ahora vuelvo' y no volvió más", relató Lamagna.

Al día siguiente, Karina supo que su hermano estaba muerto al verlo en la tapa del diario Clarín. "Después, en vídeos que lo muestran, vimos que sí estaba en la marcha pero no lo sabíamos", recordó.

A través de muchas reuniones, padres, hermanos y amigos de aquellos manifestantes asesinados fueron conociéndose y desde entonces tratan de estar en contacto.

Los une lo mismo: la necesidad de recordar la tragedia de esos días y la decisión de buscar justicia.

"Hay que pasar el juicio e ir por más. Acá no hay que olvidar que De la Rúa no está siquiera procesado, está sobreseído", señaló María Arenas, viuda de Gastón Riva.

"Es muy difícil de sobrellevar cuando uno se da cuenta de que la pelea es cada vez más larga y menos efectiva", agregó.

Hasta el 20 de diciembre de 2001, Riva trabajaba todo el día y volvía a las 23. A la mañana, un trabajo. A la tarde, otro. En el medio, pasaba por su casa a darse una ducha antes de volver a salir.

El 19 había estado trabajando todo el día, había visto los saqueos y volvió a su casa convencido de que había que salir a manifestarse.

"Al otro día se levantó, tuvo que ir al centro por algo del trabajo y nunca volvió", relata Arenas.

Lamagna y ella están representadas por el Centro de Estudios Legales y Sociales; a algunos familiares los representa la Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional de Argentina y otros tienen su propios abogados.

Mientras esperan el comienzo del juicio, todos tratan de mantener el recuerdo vigente, tal como lo afirmó Lamagna: "Lo hago a través de eventos relacionados con el deporte extremo que Diego hacía, el BMX. Ahora tengo la idea de ir a ver al intendente (alcalde) de Avellaneda para ver si alguna rampa puede llevar su nombre".

Por su parte, Arenas, afirmó no estar "segura de que no haya sido en vano la muerte de tanta gente" y criticó el accionar de "grupos que invocan a los muertos de diciembre de 2001 para generar problemas".

Durante aquel estallido, 39 personas murieron en Buenos Aires y en el interior del país, cuando cientos de miles de argentinos se manifestaron contra la política económica del Gobierno de De la Rúa, que a principios de ese diciembre había establecido un límite a la extracción de dinero en efectivo de plazos fijos, cuentas corrientes y cajas de ahorro.

La crisis económica provocó también saqueos a supermercados y, frente a las distintas movilizaciones populares, el expresidente decretó el 19 el estado de sitio.

La decisión no frenó las protestas que se sucedían al grito del "que se vayan todos" y, el 20 de diciembre, la policía reprimió ferozmente a los manifestantes que quedaban en la Plaza de Mayo y zonas aledañas.

Por la noche, De la Rúa renunció, abandonó en helicóptero la Casa Rosada, sede del Ejecutivo argentino, lo que igualmente no acabó con la crisis política y llevó a una situación de acefalía presidencial.

Mostrar comentarios