Al menos 7.000 desalojados

El Cumbre Vieja sigue muy activo y el cono del volcán ronda ya los 200 metros

Mientras, La Laguna espera que la lava no arrase el barrio tras juntarse dos coladas y alcanzar picos de 1.150 grados.

Volcán La Palma
Volcán La Palma
EFE

La formación del cono del volcán 'Cumbre Vieja', en la isla de La Palma, que comenzó el pasado 19 de septiembre, tiene en la actualidad unos 200 metros y la altura final dependerá de la duración del fenómeno o el tipo de material expulsado. Durante las últimas horas ha seguido muy activo y las bocas eruptivas no cesan de arrojar gran cantidad de lava. Mientras, La Laguna espera que la lava no arrase el barrio tras juntarse dos coladas.

Según ha informado Meteored, un volcán puede crecer mucho en altura, alcanzando incluso miles de metros, pero estas altitudes se consiguen con mucho tiempo gracias a la estratificación de nuevas erupciones sobre las más antiguas. En este sentido, destaca el pico del Teide que tiene 3.718 metros sobre el nivel del mar, mientras que para hacer una hipótesis sobre la posible altura futura del cono de La Palma habría que considerar muchos parámetros, como la duración de la erupción o el tipo de materiales emitidos.

Por ahora el Cumbre Vieja no muestra indicios de finalizar la erupción. Sus bocas continúan expulsando gran cantidad de lava mientras el barrio palmero de La Laguna (Los Llanos de Aridane) sigue con expectación la evolución de las dos coladas de lava que penetraron ayer en su casco urbano y que, convertidas hoy en una sola, parecen tomar una dirección que las alejaría de ese núcleo para dirigirse hacia la montaña.

Esa es la opción menos perjudicial para ese barrio desalojado, que vive en las últimas horas la amenaza de desaparecer sepultado baja la lava como le ocurrió hace unas semanas al de Todoque. No obstante, los comités científico y de dirección del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca) barajan una segunda opción: que estas coladas, ahora unidas en una sola que alcanza picos de 1.150 grados, continúen superando las diferentes vaguadas que encuentran a su paso y acaben discurriendo por la carretera de la costa, lo que causaría mayores daños.

En previsión de ese escenario, se decidió evacuar en la tarde del miércoles con urgencia y de forma preventiva a los habitantes de los barrios de Las Martelas, Los Llanos, Marina Alta, Marina Baja, La Condesa, Cuesta Zapata y San Borondón, en Tazacorte, en los que hay censadas unas 150 personas. En realidad, las evacuadas fueron unas 45, ya que el resto se había marchado por sus propios medios horas o días antes de que el comité de crisis tomara esta determinación, según explicó el director del Pevolca, Miguel Ángel Morcuende. En total son ya unas 7.000 personas las que han tenido que abandonar sus hogares en algún momento desde el inicio de la erupción, el pasado 19 de septiembre.

En cuanto a la colada que se había acercado al mar y que podría provocar el confinamiento de todo el municipio de Tazacorte ante la posible emisión de gases tóxicos al contacto con el agua del océano, Morcuende ha indicado que ha recibido un aporte "mínimo" de lava en las últimas horas y que "prácticamente" está en la misma posición que hace casi una semana, a unos 120 o 130 metros de la costa.

Por su parte, la portavoz científica del Pevolca, María José Blanco, ha indicado que ha disminuido el número de eventos en la sismicidad profunda, pero su magnitud sigue siendo alta, lo que es preocupante porque podría haber terremotos de intensidad VI en una escala del I al XII. Se trata de los que se consideran "levemente dañinos", pues pueden provocar desplazamientos o caídas de pequeños objetos.

La emisión de dióxido de azufre es de 2.710 toneladas diarias y la emisión difusa de dióxido de carbono se sitúa en 663 toneladas al día, con una tendencia descendente en los últimos ocho días. La calidad del aire es razonablemente buena, señaló el Pevolca, aunque continúan las partículas en suspensión en los lugares más cercanos a la erupción, y se han registrado puntualmente valores altos al noroeste de la isla.

Según las últimas mediciones del sistema europeo de satélites Copernicus, hechas en la medianoche del miércoles, la superficie arrasada es ya de 866,1 hectáreas y se han destruido 2.185 edificaciones y 62,6 kilómetros de carreteras. Ese mismo sistema está siguiendo la evolución de los grandes penachos de dióxido de azufre que expele el volcán. De acuerdo con sus datos, en un primer momento estos recorrieron principalmente el norte de África y los países del sur de Europa para alcanzar posteriormente el norte y el oeste de Europa.

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