Durante las 60 horas en las que el joven permaneció en la cueva, Cavar bebió las gotas de agua que había en las paredes y se alimentó con los restos de dos barras de energía que tenía, según un informe del periódico de la Universidad de Indiana.
El estudiante se encontraba en un viaje para principiantes a una cueva al sur del campus principal de la Universidad cuando se separó del grupo y al llegar a la entrada de la cueva, la encontró cerrada con un candado, según ha informado el periódico estudiantil Indiana Daily Student.
El teléfono móvil de Cavar no tenía cobertura y estuvo gritando entre seis y ocho horas para tratar de atraer la atención de la gente que se encontraba en un camino cercano.
"Me tomó un tiempo discutir mis emociones y analizar la situación para llevar a cabo un plan para sobrevivir", ha asegurado Cavar al Indiana Daily Student.
El joven quedó atrapado el pasado domingo y dos días después sus padres llamaron a la universidad y denunciaron la desaparición de su hijo. Horas más tarde, el líder del grupo con el que hizo la excursión le rescató.
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