El Atlético volvió a cometer menos faltas que el Bayern en el partido de vuelta

El Atlético de Madrid firmó en Múnich una clasificación agónica al perder 2-1 ante el Bayern, pero hizo buena la ventaja por la mínima de la ida para meterse en su tercera final de la Liga de Campeones. El portero esloveno Jan Oblak con sus paradas, incluido un penalti a Thomas Müller en la primera parte, y el francés Antoine Griezmann, con su gol salvador en el segundo periodo fueron los héroes de la clasificación rojiblanca.

Pero más allá de las individualidades, como siempre el Atlético volvió a ser un equipo. Aunque esta vez el Bayern le igualó en intensidad, porque corrió 11.01 kilómetros por los 11.49 de los rojiblancos. En la ida los de Simeone corrieron seis kilómetros más.

El Bayern y acabó el partido con 81 ataques, el 67% de la posesión, 12 saques de esquina y 35 disparos (12 a puerta). Especialmente la primera mitad fue un asedio, pero este Atlético volvió a dar un recital defensivo y solo encajó dos goles.

Si el Atlético que llegó a Lisboa era un equipo que defendía duro, que no dejaba darse la vuelta a los rivales y que hacía faltas tácticas para parar los partidos, este Atleti defiende mejor tácticamente, con más ayudas entre los jugadores y menos faltas.

En el partido de ida el Atlético cometió 7 faltas y el Bayern 11. En el partido de vuelta, el equipo español cometió 10 fatas por las 14 de los alemanes. Los rojiblancos solo hicieron cuatro faltas en la primera mitad pese al asedio, una significó el gol de Xabi Alonso y otra el penalti fallado por Muller. En la segunda parte cometieron seis pese al angustioso acoso final de los bávaros.

Dijo Simeone después del partido que fue "el mejor rival al que me enfrenté en un primer tiempo. Tuvieron de todo: buen juego aéreo, uno contra uno... fue tremendo, maravilloso ver a un equipo con esa continuidad en la intensidad del juego".Tercera final de Copa de Europa para el Atlético

Se da la circunstancia de que el Bayern de Guardiola ha sido eliminado por tres tres equipos españoles: Real Madrid (2014), Barcelona (2015) y Atlético (2016).

La de San Siro será la tercera final de la máxima competición europea para el Atlético, al que el argentino Diego Simeone le ha convertido en un equipo de referencia en Europa.

En la primera de ellas, en la temporada 1973-1974, un gol en el último minuto de la prórroga del jugador del Bayern Georg Schwarzenbeck provocó el partido de desempate cuando los atléticos ya celebraban el triunfo y los germanos acabaron con el sueño colchonero dos días después en el 'replay' (4-0).

Cuatro décadas después, en Lisboa ante el Real Madrid, El Atlético creía haber roto su maleficio europeo pero Sergio Ramos forzó la prórroga en el descuento y los blancos acabaron imponiéndose en el tiempo extra por 4-1. En Milán, los rojiblancos tendrán la ocasión de cambiar su historia.